VIDEO | El sermón de la obispa frente a Trump en el que solicita clemencia para migrantes y personas LGBT

Sentado en la primera fila junto a su esposa, Melania, el presidente Donald Trump asistió este martes a un sermón en la Catedral Nacional de Washington que captó la atención de numerosos ciudadanos estadounidenses.
La obispa Mariann Edgar Budde, primera mujer en liderar la Diócesis Episcopal de Washington DC, hizo un llamado a Trump pidiendo "clemencia" para las minorías afectadas por las nuevas políticas que anunció al asumir el cargo el lunes.
"Señor presidente: millones han depositado su confianza en usted. Y como usted mencionó ayer, ha sentido la mano providencial de un Dios amoroso. En nombre de Dios, le ruego que muestre misericordia hacia aquellos en nuestro país que ahora viven con miedo", expresó Budde.
"Hay niños gays, lesbianas y transexuales, así como familias demócratas, republicanas e independientes, algunas de las cuales temen por sus vidas", añadió. Mientras Budde hablaba, Trump, que inicialmente mantenía la mirada al frente, comenzó a mover la cabeza en distintas direcciones. El vicepresidente J.D. Vance mostró una reacción más expresiva al voltear hacia su esposa.
La obispa continuó defendiendo a los migrantes: "Personas que recogen las cosechas, que limpian nuestras oficinas, que trabajan en granjas y en empacadoras de carne, que lavan los platos después de que comemos en restaurantes, y que realizan turnos nocturnos en hospitales". "Puede que no sean ciudadanos o que no cuenten con la documentación adecuada. Sin embargo, la gran mayoría de los migrantes no son criminales. Contribuyen pagando impuestos, son nuestros vecinos y son miembros fieles de nuestras iglesias, mezquitas, sinagogas y templos", afirmó la obispa, quien dirige esta catedral de la Iglesia Episcopal estadounidense desde 2011.
"Le pido que tenga clemencia hacia aquellos en nuestras comunidades cuyos hijos temen que sus padres sean separados. Y que brinde ayuda a quienes huyen de zonas de guerra y persecución en sus países, para que encuentren compasión y acogida aquí".
Las palabras de Budde formaron parte de un servicio religioso con motivo de la investidura de Trump como presidente de EE.UU. el día anterior. Asistieron a la Catedral Nacional de Washington el presidente, el vicepresidente y sus respectivas familias, así como decenas de invitados.
"No fue muy emocionante"
El sermón de Budde se produjo tras la firma por parte de Trump de una serie de órdenes ejecutivas que afectan a las minorías, incluidos migrantes y la comunidad LGBT. El presidente declaró un estado de emergencia en la frontera con México, lo que incluye la prohibición de nuevas solicitudes de asilo.
Además, ha prometido llevar a cabo una deportación masiva de migrantes indocumentados. También firmó una orden que elimina el derecho automático a la ciudadanía para los hijos de migrantes sin estatus legal.
Asimismo, decretó la eliminación de las políticas inclusivas establecidas durante la administración anterior. Trump anunció que su gobierno solo considerará dos géneros, masculino y femenino, y que las instituciones públicas y militares dejarán de implementar políticas en favor de la comunidad transgénero. Tras el servicio, el presidente Trump regresó a la Casa Blanca, donde compartió su opinión sobre el sermón y el servicio religioso en general.
"No fue muy emocionante. No me pareció un buen servicio… Podrían haberlo hecho mucho mejor", comentó al ingresar a la residencia presidencial.
Posteriormente, en su plataforma de redes sociales Truth Social, Trump describió a Budde como "una radical de izquierda que odia a Trump" y añadió que la obispa tenía un "tono desagradable". El mandatario indicó que "ella y su iglesia le deben una disculpa al público".
El sermón generó sorpresa y se convirtió en uno de los temas del día en Washington DC y en el resto del país, dado que no es común que el presidente de EE.UU. enfrente una declaración de tal naturaleza.
Algunos elogiaron a Budde por haber planteado una solicitud de misericordia para las minorías en Estados Unidos. Otros, como el representante republicano Mike Collins, criticaron a Budde, sugiriendo que debería ser "añadida a la lista de deportaciones", a pesar de que la obispa es estadounidense.