La historia viviente
Crudo relato

El día que Mariano Moreno se embarcó hacia la muerte

Mariano Moreno, secretario de la Junta de Gobierno.

Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA

El 24 de enero de 1811 Mariano Moreno, secretario de la Junta de Gobierno, se embarcó rumbo a Londres en un viaje que marcaría el trágico fin de uno de los protagonistas más prominentes de la Primera Junta.

Nacido en Buenos Aires, el fallecido en alta mar fue un abogado, periodista y político cuyas ideas y escritos ayudaron a cimentar los ideales revolucionarios que culminaron en la creación de la Primera Junta en 1810. Si bien ejerció una influencia decisiva en la redacción de la Representación de los Hacendados y en la difusión de ideas liberales a través de La Gaceta de Buenos Aires, también se destacó por su ferviente defensa de los derechos civiles y su profunda vocación por la destrucción del orden social vigente anterior a 1810.

En la Primera Junta se destacó como secretario, donde sus medidas reformistas y su habilidad para negociar con los distintos sectores de la sociedad porteña consolidaron su figura. No obstante, su postura intransigente con respecto a la Administración Central del Virreinato del Río de la Plata y sus esfuerzos incesantes por reforzar la independencia y la autonomía política lo pusieron en una posición de constante fricción dentro del propio Gobierno.

El punto de quiebre en la vida política de Moreno fue su enfrentamiento con Cornelio Saavedra, presidente de la Junta y jefe del Regimiento de Patricios. El militar tenía una visión más moderada y pragmática, y se convirtió en un obstáculo insalvable para las reformas radicales que Moreno pretendía implementar. Esta tensión se incrementó con la creación de la Junta Grande, una iniciativa de Saavedra destinada a diluir el poder de los morenistas. La persistente rivalidad entre ambos líderes socavó la estabilidad y la coherencia del órgano gubernamental.

Frustrado y desilusionado, Moreno debió abandonar la Junta. La mejor manera de buscarle una salida elegante fue enviarlo a una misión diplomática en Londres, con el objetivo de buscar apoyo internacional para la causa revolucionaria. Sin embargo, esa misión no llegó a cumplirla. Solo Dios sabe lo que pasó en ese barco, cuando la muerte se llevó al joven político para siempre.

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