Martín Vestiga
Una producción de NOVA

Martín Vestiga, Tito Rosca y el periodista que se la quiere jugar en la política

Tito Rosca y Martín Vestiga. (Dibujo: NOVA)

Sagaz como siempre. Intrépido e inquisidor. Adjetivos que sólo califican a Martín Vestiga, un asiduo colaborador de NOVA que vive trabajando y que, en sus ratos libres, investiga como pocos. Todo un adicto a su profesión.

Martín Vestiga, siempre dispuesto a meter sus narices donde nadie lo llama, se encontraba paseando por Quilmes cuando, de repente, una figura siniestra y conocida le bloqueó el camino.

Era Tito Rosca, ese personaje con más cuernos que un recaudador de impuestos y una sonrisa que podía congelar el mismísimo infierno. "Martín, Martín, qué sorpresa encontrarte aquí, justo cuando tengo un chisme jugoso para ti", susurró Rosca con una voz que parecía venir del averno.

"Verás, el bueno de Roberto Carrigal, ese periodista que todos conocen y algunos odian, ha decidido colgar los auriculares después de más de tres décadas en la radio", dijo Tito mientras sus ojos brillaban con un malévolo deleite.

"Pero no te creas que es por cansancio o por amor a la jubilación. No, no. Dice que los medios de Quilmes están más cooptados que una iglesia en Semana Santa. Y quién mejor que yo, Tito Rosca, para entender de corrupción y pactos oscuros, ¿verdad?"

Martín, tratando de mantener su compostura ante la presencia de Rosca, preguntó con cautela: "¿Y qué hay de las amenazas y agresiones que ha sufrido Carrigal? ¿Son parte de tu... círculo de amistades?". Tito soltó una carcajada que hizo que los perros del vecindario aullaran.

"Oh, Martín, esas son solo pequeñas advertencias de mis... asociados. Pero no te preocupes, Carrigal ha sido un hueso duro de roer. Ahora, dice que seguirá con su cruzada periodística en las redes sociales. Imagínate, ¡de la radio al infierno de los comentarios en línea!"

Mientras Tito Rosca se desvanecía en una nube de humo sulfuroso, dejando un olor a azufre y traición en el aire, Martín Vestiga se quedó pensando en la ironía de la situación.

Un periodista que se retira de la radio por la corrupción, solo para sumergirse en el caótico mundo de las redes sociales. Y todo esto, contado por el mismísimo Tito Rosca, el rey de la rosca política y el humor negro. Quilmes nunca dejaría de sorprender, y Martín ya tenía su próxima nota, tan retorcida como su fuente.

Hola a todos, yo soy el león

Rugió la bestia en medio de la avenida

Todos corrieron, sin entender

Panic show a plena luz del día

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