Política
El regreso de los bolsos

VIDEO | 25 exfuncionarios y empresarios listos para cantar: arranca el juicio que puede hundir más a la condenada

El Juicio de los Cuadernos pone otra vez a Cristina Fernández de Kirchner en el centro del escándalo por corrupción más grande de la historia argentina. (Imagen: Fotomontaje-IA)

Cinco años después de que los famosos cuadernos de Oscar Centeno sacudieran los cimientos del poder político argentino, la historia vuelve al punto cero. Este jueves, a las 9:30 de la mañana, Cristina Fernández de Kirchner enfrentará otro juicio por asociación ilícita y 204 hechos de cohecho, en una causa que expone, una vez más, la obscena relación entre la política y los negocios durante sus doce años de gestión.

El caso, bautizado por los medios como “los Cuadernos de las Coimas”, llega al Tribunal Oral Federal número 7 con 86 acusados activos y una nómina de 25 arrepentidos que deberán confirmar bajo juramento lo que en su momento confesaron: que el dinero circulaba en bolsos, en camionetas, en despachos oficiales y hasta en pasillos de ministerios.

Entre los principales imputados están los históricos Julio De Vido, Roberto Baratta, José López, Ricardo Jaime, Ernesto Clarens, Carlos Wagner y Nelson Periotti, junto a una lista interminable de empresarios que durante años vivieron del contrato fácil, del sobre cerrado y del guiño político.

Algunos de esos nombres pesan más que cualquier billete: Roggio, Pescarmona, Cristóbal López, Fabián De Sousa, Ángelo Calcaterra (primo de Mauricio Macri) y otros tantos que supieron cómo moverse en los pasillos del poder.

La fiscal general Fabiana León definió el expediente como “la investigación por corrupción más extensa en la historia judicial del país”, con ramificaciones en seis causas paralelas y más de 126 imputados iniciales. No exagera: es el retrato completo de un sistema que operó desde el Estado como una empresa criminal perfectamente aceitada.

Cristina está acusada de ser la jefa de esa asociación ilícita, una estructura piramidal que, según el Ministerio Público, funcionó “entre 2003 y 2015 dentro del propio Poder Ejecutivo Nacional”. Si el Tribunal considera probado el esquema, la ex presidente podría recibir una condena superior a los 12 años de prisión.

Los arrepentidos, que alguna vez fueron engranajes de esa maquinaria, llegan con el peso de sus propios silencios. Si se desdicen, pierden los beneficios judiciales y podrían ser acusados de falso testimonio, un delito con pena más dura. Nadie quiere volver a la celda. Por eso, esta vez, los micrófonos prometen más verdad que lealtad.

Entre ellos está el autor del cuaderno maldito, Oscar Centeno, el chofer que registró todo con birome azul: direcciones, fechas, montos, nombres y recorridos del dinero. También José López, el hombre de los bolsos voladores en el convento, que fue el primer funcionario en “cantar” contra su exjefa.

El juicio, que se transmitirá por YouTube, será virtual y se extenderá hasta marzo de 2026, con una audiencia semanal hasta sumar dos. La fiscalía repasará uno a uno los 204 pagos de sobornos documentados en la causa, que no solo involucran a exfuncionarios, sino también a empresarios que, como se comprobó, pagaban para seguir facturando.

El fiscal Carlos Stornelli lo resumió sin metáforas: “Era un sistema doble, un Estado paralelo de recaudación y reparto”.

Por un lado, los funcionarios directamente cobraban los sobres; por otro, operadores como Clarens y Wagner hacían de intermediarios. Todo bajo una jerarquía que respondía a un solo vértice: el Poder Ejecutivo.

Así, el expediente que nació de los cuadernos de un chofer llega al estrado con más de 40 mil fojas y el mismo interrogante de siempre: ¿habrá justicia, impunidad recargada o aparecerá otro fiscal "suicidado"?

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