Según informes del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, al menos 60 personas han muerto desde septiembre en operaciones atribuidas a acciones antinarcóticos estadounidenses.

Lula señaló que la cumbre CELAC-UE prevista en Colombia carece de sentido si no aborda directamente esta situación y sus consecuencias humanitarias.

El presidente brasileño condicionó su asistencia al encuentro a que se garantice un debate serio sobre el respeto a la soberanía latinoamericana.

"América Latina es una zona de paz", reiteró Lula, subrayando que cualquier intento de militarización representa una amenaza a la estabilidad regional.

El mandatario recordó su conversación con el presidente Trump, en la que insistió en que los conflictos políticos deben resolverse mediante el diálogo, no con intervenciones armadas.

Lula criticó la estrategia estadounidense, argumentando que combatir el narcotráfico requiere cooperación institucional en lugar de acciones militares que afectan a comunidades vulnerables.

"No necesitamos una escalada violenta en América Latina", afirmó, apelando a la tradición pacífica de la región.

El líder brasileño también expresó su disposición a mediar en conflictos regionales, siempre que se respete el principio de no intervención.

Organismos internacionales han comenzado a presionar por una investigación independiente sobre los ataques, mientras crece la preocupación en la región por las implicaciones de estas operaciones militares.