El Consejo del Salario, espacio tripartito donde se negocia el piso salarial legal para los trabajadores registrados, está integrado por 16 representantes de los empleadores y 16 de los trabajadores, todos designados ad honorem por el Poder Ejecutivo, además de un presidente nombrado por el Ministerio de Trabajo.

Sin embargo, lo que ocurre habitualmente es que el Ejecutivo simplemente oficia como médium para la reunión, en la cual los empresarios, como es lógico, defienden sus intereses a capa y espada, mientras que los sindicalistas que presuntamente deberían defender a los trabajadores terminan tirando la toalla.

El orden del día para la próxima reunión del 26 de noviembre prevé la designación de consejeros para la firma del acta y el análisis de los temas elevados por la Comisión del Salario Mínimo, Vital y Móvil y Prestaciones por Desempleo, que sesionará ese mismo día a las 10.00, también en modalidad virtual.

Desde agosto, el salario mínimo mensual se mantiene en 322.200 pesos para una jornada laboral completa de 48 horas semanales, mientras que el valor por hora para los trabajadores jornalizados es de 1.610 pesos. Este monto no solo determina el ingreso básico de los trabajadores formales, sino que también sirve de referencia para el cálculo de diversas prestaciones sociales y universales administradas por la ANSES.

En paralelo, la Secretaría de Trabajo emitió la Resolución 2/2025, que convoca a la Comisión Nacional de Trabajo en Casas Particulares a una sesión plenaria el 7 de noviembre, donde se evaluará la evolución de las remuneraciones mínimas del personal doméstico comprendido en la Ley 26.844.

La convocatoria llega en un contexto de inflación persistente y fuerte pérdida del poder adquisitivo, por lo que distintos sectores anticipan una negociación tensa.

Mientras tanto, voces críticas advierten que el Consejo del Salario se ha transformado en una instancia “meramente formal”, en la que empresarios y sindicalistas terminan acordando aumentos insuficientes frente al costo de vida, dejando a los trabajadores con un ingreso muy por debajo de la línea de pobreza, como ocurrió en las últimas ocasiones.