VIDEO | Masacre en Brasil: la guerra contra el crimen organizado se cobra más de 120 vidas
Un despliegue de fuerzas policiales y militares sin precedentes en la ciudad vivió este martes un episodio de violencia extrema que ya se describe como la operación más letal de la historia de Río de Janeiro. Más de 2.500 agentes fueron movilizados para atacar a la organización criminal Comando Vermelho (CV) en los complejos de favelas de Complexo do Alemão y Complexo da Penha, en la zona norte de la ciudad.
El saldo oficial de víctimas ya confirma al menos 64 muertos, incluyendo cuatro policías, además de unos 81 detenidos. Sin embargo, fuentes vecinales y algunos medios estiman que la cifra podría elevarse más allá de los 120 muertos, tras el hallazgo de decenas de cadáveres adicionales en una zona boscosa cercana a las favelas operadas. ¿Qué pasó exactamente?
Pior dia da história do Rio de Janeiro.
— Instituto Fogo Cruzado (@fogocruzado) October 28, 2025
Uma megaoperação na Penha e no Alemão terminou com mais de 60 mortos. Escolas fechadas, transporte paralisado e gente tentando chegar viva em casa.
5 pontos para entender o que aconteceu e por que isso ainda pode voltar a acontecer. pic.twitter.com/JjO32QrwYZ
[INTERNACIONALES] Tras el sanguinario enfrentamiento entre narcos del Comando Vermelho y la policía de Río de Janeiro, los vecinos de las favelas bajaron más de 40 cuerpos desde los morros: se estima que hay 120 muertos y es "la mayor masacre en la historia de la ciudad". https://t.co/lURQKPxfQp pic.twitter.com/QT4NY9LEmS
— ElCanciller.com (@elcancillercom) October 29, 2025
La acción —bautizada como Operación Contención por el gobierno local— tenía como objetivo detener a los jefes y operadores del Comando Vermelho y desarticular su estructura de control territorial.
Desde temprano por la mañana se desplegaron helicópteros, vehículos blindados, drones policiales; los traficantes respondieron con barricadas formadas por autobuses incendiados, lanzamientos de granadas desde drones y fusiles de alto poder que incluso derribaron helicópteros, según los testimonios. Colegios fueron cerrados, líneas de transporte público desviadas y el barrio se transformó en una zona de combate urbano.
Dimensión política y social
El gobernador de Río, Cláudio Castro, calificó la operación como una guerra contra el “narcoterrorismo” y se quejó de la falta de apoyo del Gobierno federal. Organismos de derechos humanos, por su parte, denunciaron lo ocurrido como una “matanza producida por el Estado”, apuntando a que los barrios más afectados son los más pobres, con gran población negra y periférica.
Entre las incautaciones figuran más de 90 fusiles automáticos, más de una tonelada de drogas, y decenas de vehículos utilizados por el crimen organizado.
Impacto y heridas abiertas
Para los residentes de los complejos de Alemão y Penha, el escenario fue aterrador: ráfagas continuas, explosiones, helicópteros sobrevolando y cuerpos abandonados en espacios boscosos. Algunos vecinos llevaron decenas de cadáveres a una plaza pública para que sus familias pudieran identificarlos.
El conflicto deja varias heridas visibles:
- La comunidad sensación de abandono: muchos afirman que entre el foco policial y el foco del narcotráfico nadie cuida la vida cotidiana.
- Un precedente peligrosísimo para la militarización de la seguridad urbana: cuando el Estado abre fuego masivo, la línea entre combate al crimen y violación de derechos se vuelve borrosa.
- Un golpe simbólico para el CV, pero también un disparador de nuevas represalias, pues organizaciones criminales suelen responder a estas ofensivas con periodos de violencia aún más intensa.
¿Cómo sigue?
Se espera que mañana el gobierno federal convoque a una reunión de emergencia para evaluar la situación y coordinar tareas con el estado de Río. Las organizaciones de derechos humanos demandan la apertura de una investigación independiente para clarificar cuántos de los muertos eran civiles, qué protocolos se siguieron y si hubo ejecuciones extrajudiciales.
En paralelo, la pregunta clave queda sobre la mesa: ¿esta operación representa un cambio real en la estrategia de seguridad o es simplemente un fogonazo puntual que dejará nuevamente a las comunidades sin alternativas de largo plazo? Por ahora, Río de Janeiro queda marcada por un nuevo episodio de violencia extrema, con el espectáculo y el horror de fondo.








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