Lo interesante es cómo el evento musical, que tradicionalmente gira en torno a artistas, se transforma en un ecosistema donde los influencers no son invitados de lujo: son parte del espectáculo. La semana de conferencias y shows de Billboard incluye paneles como “El Efecto Influencer”, donde creadores de contenido, marcas y música exploran juntos la viralización.

Manelyk, con su estilo mezcla de TV-reality, redes sociales y presencia en streaming, encaja perfecto en ese nuevo paradigma: alguien que no solo “va al evento”, sino que lo traslada a su comunidad online, generando contenido antes, durante y después. Esa estrategia ya hace rato no es secundaria: es central. Y en un evento de esta magnitud, su papel importa.

Claro, no todo es puro brillo: una figura con millones de seguidores asume también la presión de sostener imagen, negociar alianzas y justificar su lugar. Pero justo eso la hace relevante: representa la intersección entre show-música y show-redes. En Miami, eso se nota en alfombra, backstage y livestreams.

Para quienes cubren cultura pop, contenido digital o entretenimiento, este tipo de cobertura (influencer + evento musical) pide un ángulo doble: qué sucede en el escenario y qué sucede en el backstage de Instagram/TikTok que mueve el escenario. Manelyk lo entiende y lo aprovecha.