Entre periodistas
Un grande de la radio

VIDEO | El periodista argentino Oscar González Oro, una voz que nunca pidió permiso

El “Negro”, uno de los comunicadores más queridos del país, nació el 16 de octubre de 1951, en Mendoza.

Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA

El 16 de octubre de 1951, en Mendoza, nació Oscar Mario González Oro. Su voz, que en un principio no fue considerada por "él como su herramienta de trabajo, décadas después se convirtió en su marca registrada y, sobre todo, en la más escuchada del país desde los micrófonos de Radio 10.

Antes de ser el conductor que dominó las mañanas radiales con una cadencia que mezclaba tono intimista y sarcasmo a la hora de hablar de política, fue un chico que estudió derecho, psicología y trabajó en un negocio familiar.

Su salto a la radio no fue casual. Fue el resultado de una escucha aguda, de una sensibilidad que sabía cuándo interrumpir y cuándo dejar que el silencio hable. Desde FM Playa Verde en Pinamar hasta Radio del Plata, su recorrido fue una coreografía de tensiones: entre lo popular y lo político, entre lo íntimo y lo institucional. Oro no fue periodista por formación, sino por necesidad: necesitaba decir, y que lo escuchen.

El destino quiso que Daniel Hadad lo lleve a Radio 10, cuando estaba formando un equipazo que tenía, entre otros, a Marcelo Longobardi, Eduardo Feinmann, Luis Pedro Toni, Lito Pintos, Baby Etchecopar, Jorge Jacobson, Chiche Gelblung, Antonio Laje y Esteban Mirol. Oro estaba a cargo de la segunda mañana, de 9 a 12 horas. La radio alcanzó el primer lugar en niveles de audiencia y se mantuvo en la cima durante mucho tiempo.

En televisión brilló en Polémica en el Bar, de la mano de Gerardo Sofovich, pero también tivo tiempo para hacer la tarde de Canal 9 con Cotidiano, un magazine que lo juntó con Patricia Miccio, Beto Casella, Baby Etchecopar y Lito Pintos. Por la pantalla de América condujo Los unos y los otros.

Pero lo que lo volvió archivo no fue su trayectoria, sino su gesto. Ese modo de preguntar sin anestesia, de dar a conocer al público cosas de su vida -como su lucha para dejar de fumar- con la cercanía de quien habla con un amigo y de declarar beneplácito o desencanto como si el micrófono fuera confesionario. González Oro convirtió la radio en rueda de amigos con los oyentes, algo que con el tiempo se convirtió en un archivo emocional.

Su vida privada, lejos de ser un secreto, fue parte del guion. Es padre de Agustín y Pablo, ciudadano argentino y uruguayo, amante de los vínculos intensos y de las rupturas sin escándalo. En cada entrevista que dio en sus años gloriosos de Radio 10, siempre dijo lo que pensaba, con firmeza pero con mucho respeto. Su estilo siempre cuidó el detalle de poner la palabra justa en el momento justo.

Hace unos años decidió retirarse de la actividad radial. Su último programa lo tuvo en Radio Rivadavia, en horas de la tarde. Lo hacía desde Uruguay, país al que se mudó en pandemia porque tenía menos restricciones que la Argentina. Dejó los medios con dignidad, sin decadencia y por una causa noble: dedicar el resto de sus días a pasar tiempo con su familia.

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