El turco que se puso una jaula en la cabeza para dejar de fumar
En 2013, Ibrahim Yücel, un ciudadano turco, tomó una medida tan insólita como drástica para dejar de fumar: colocarse una jaula de metal en la cabeza. La única persona con la llave era su esposa, quien solo se la quitaba a la hora de las comidas.
La decisión no surgió de un capricho, sino de una necesidad desesperada. Tras más de dos décadas fumando y con el recuerdo doloroso de la muerte de su padre a causa de un cáncer de pulmón, Yücel entendió que necesitaba un límite radical.
Su historia recorrió el mundo como un símbolo de la lucha contra la adicción al tabaco y mostró hasta dónde puede llegar alguien cuando siente que no le queda otra salida. El caso abrió un debate sobre la fuerza de voluntad, los métodos extremos y la urgencia de encontrar mejores formas de combatir una adicción que mata a millones cada año.
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