Mundo LGBT
"Terapia de conversión"

"Vamos a curarte": el horror que tuvo que pasar una persona trans en Siberia

Ada, una mujer transgénero de 23 años, fue engañada y llevada a un centro de terapia de conversión.

Ada, una mujer transgénero de 23 años, fue engañada y llevada a un centro de terapia de conversión en Siberia, después de revelar su identidad de género a su familia. En el verano de 2021, una pariente la invitó a acompañarla a Novosibirsk bajo el pretexto de someterse a una cirugía cardíaca. Sin embargo, al llegar, Ada fue secuestrada y llevada a una granja remota, donde le quitaron su teléfono y reloj inteligente, y le dijeron que sería "curada" de su "perversión".

Ada fue obligada a tomar testosterona, rezar y realizar trabajos manuales. En una ocasión, un hombre le entregó un cuchillo y le ordenó castrar a un cerdo, un acto que provocó un ataque de pánico en ella. Después de nueve meses de sufrimiento, logró escapar usando un teléfono que encontró, llamando a la policía que la liberó del lugar.

Derechos humanos erosionados

La experiencia de Ada es parte de una tendencia más amplia de erosión de los derechos humanos de las personas transgénero en Rusia, exacerbada por leyes cada vez más severas contra la comunidad LGBT. En julio de 2023, Rusia aprobó una ley que prohíbe la cirugía de reasignación de género y el cambio de datos personales en documentos oficiales. Ada fue una de las últimas personas en cambiar oficialmente su nombre antes de la implementación de esta ley.

Desde la invasión de Ucrania, el presidente Vladimir Putin ha intensificado su retórica contra Occidente y los derechos LGBT, promoviendo los "valores tradicionales rusos". La reciente declaración del "movimiento LGBT internacional" como una organización extremista por el Ministerio de Justicia de Rusia implica que cualquier apoyo a la actividad LGBT puede resultar en hasta 12 años de cárcel.

La lucha por la identidad

Después de escapar, Ada se mudó a Moscú y ofreció refugio a otras personas transgénero. Sin embargo, las nuevas leyes la obligaron a abandonar Rusia. Ahora vive en Europa, donde continúa su lucha por la aceptación y la identidad.

Francis, otro transgénero que dejó Rusia en 2018, perdió la custodia de sus hijos adoptivos y fue amenazado con perder a sus hijos biológicos. Él y su familia se mudaron a España, donde ahora reside. A pesar de tener todos sus documentos con su antiguo nombre, Francis ha encontrado estabilidad y trabajo en una fábrica textil.

Ally, una persona no binaria, también huyó de Rusia tras la invasión de Ucrania, estableciéndose en Georgia. A pesar de haber recibido un diagnóstico médico antes de las nuevas leyes, no puede cambiar sus documentos oficiales. Ally ha optado por una mastectomía, pero mantiene en secreto su transición ante sus familiares cercanos.

La realidad de ser transgénero en Rusia

La intolerancia y las leyes anti-LGBT han complicado las relaciones familiares y sociales para las personas transgénero en Rusia. Francis, por ejemplo, ha perdido el contacto con su madre, quien siente vergüenza. Ada destaca que la comunidad trans solo desea poder vivir sin miedo a la violencia y la discriminación.

La vida en el extranjero también presenta desafíos adicionales debido a la guerra en Ucrania. Ally señala que, mientras en Rusia son rechazados por ser transgénero, en el extranjero enfrentan prejuicios por ser rusos.

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