Política
Otra vez las explicaciones del verdugo

¿Desayunó con vodka?: Sturzenegger asegura que la reforma laboral es "libertad de elección para las dos partes"

Federico Sturzenegger salió a defender los puntos de la nueva Ley Bases alegando que permitiría a empleados y empleadores "negociar justamente" sus propias condiciones de trabajo. (Dibujo: NOVA)

Federico Sturzenegger, uno de los protagonistas de casi todas las crisis argentinas del nuevo milenio, ex joyita del PRO y actual ministro de Desregulación y Transformación del Estado del gobierno libertario, intentó explicar el camino para llegar a la actual reforma laboral que generó tensión con los sindicatos, explicando además los puntos más importantes.

El secuaz del poder, a cargo de crear los capítulos de la reforma laboral, habló sobre la reglamentación publicada en el Boletín Oficial y explicó algunos cambios generales haciendo hincapié en una condición que, pretenden hacer creer, tendrá siempre a su favor el trabajador: “Libertad de elección”, al menos en las formas de precarización.

Sturzenegger explicó que lo que hizo el Ejecutivo fue “crear un sistema, aprobado por el Congreso, que permite a las partes decidir libremente cómo diseñar las condiciones laborales”: “Les damos libertad para que decidan la reforma laboral como quieran, con una sola condición: si al trabajador no le gusta, puede quedarse con la Ley 20744, la ley actual de indemnización”, relató el ministro.

En ese sentido, agregó que “si a la empresa no le gusta, entonces no entra en el nuevo sistema. Con eso, garantizamos que, tanto empresarios como trabajadores, verán que estarán mejor”.

El apartado publicado el miércoles por la noche incluye cambios en las indemnizaciones. Dicho artículo fue uno de los más importantes y el que requirió de mayores negociaciones, dado que agrega la posibilidad de crear por convenio un “sistema de cese” que reemplace al actual y que pretende generar un convenio colectivo que, supuestamente, no dejaría a ninguna de las partes primar por sobre la otra.

En relación al mismo, aclaró que los cambios realizados estarán amparados en “la protección colectiva”: “No se hará nada que no tenga protección colectiva. Y si al trabajador no le gusta el nuevo sistema, se queda con la protección por despido. Nunca el sistema que se diseñe puede ser perjudicial para el trabajador, y si lo fuera, simplemente no lo aceptaría”, insistió el ministro.

“Cuando comenzamos este camino de la reforma, lo que dijo Milei fue que, a lo largo de la historia, las reformas siempre parecían ser para empresarios o para trabajadores. Me dijo que si no podíamos hacer una reforma que beneficiara tanto a empresarios como a trabajadores, era mejor no hacer nada”, comentó y añadió: “Salgamos de la grieta de que la reforma es para unos o para otros. Además, se pueden crear diferentes sistemas por provincias o por empresas”.

Entre los puntos más importantes de la nueva reforma laboral, se encuentran aquellos que autorizan los despidos en caso de bloqueo empresarial y contempla la posibilidad de que, en caso de participar en en los mismos, la acción pueda ser calificada como "grave injuria laboral" para justificar así la terminación del contrato laboral; otro de los puntos de mayor polémica es la reforma del artículo 97, que habilitará a los trabajadores independientes a contratar hasta tres empleados, sin estar obligados legalmente a establecer un vínculo de dependencia.

Entre los artículos 76 y 81, se plantea una serie de beneficios para aquellos empleadores que regularicen a sus empleados, dándoles la opción de no acceder a los mismos en caso de no desearlo y, entre los artículos 89 y 95, se plantea la extención, de 6 meses a 1 año, del período de prueba que poseen los trabajadores en nuevos puestos.

El ministro plantea que el nuevo sistema permitiría una especie de equilibrio en las decisiones laborales al suponer que el trabajador se encuentra en las mismas condiciones que su empleador a la hora de realizar acuerdos. Sturzenegger pareciera olvidar que, no sólo la mayoría de sus propuestas en el pasado culminaron en un fracaso que condenó a la clase trabajadora argentina, sino que al momento de poner un plato de comida en la mesa, no es tan sencillo imponer las propias condiciones apelando al sentido común de aquel que tiene la potestad de dar cese a un contrato, para luego hurgar en la bolsa del más de millón de ciudadanos desesperados por acceder al mercado laboral.

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