Julio Yessi y la CNU: la sombra de la violencia política en los '70
Julio Yessi es un nombre que evoca uno de los capítulos más oscuros de la historia política argentina. Fue líder del movimiento juvenil de la Concentración Nacional Universitaria (CNU), una organización de extrema derecha que operaba en los turbulentos años 70, cuando la violencia política en el país se encontraba en su apogeo.
La CNU, lejos de ser una agrupación estudiantil tradicional, se destacó por su participación en actos de violencia y persecución política, dejando una huella indeleble en ciudades como Mar del Plata.
"El justicialismo y el peronismo no son de izquierda, ni de derecha. Como dijo el general Juan Domingo Perón, se trata de una tercera posición", sentenció en diálogo exclusivo con NOVA. A lo que añadió: "Calificarse como uno de esos extremos es caer en la trampa del globalismo".
La CNU, de la universidad a la violencia armada
La CNU surgió como una respuesta a los movimientos de izquierda que dominaban el ambiente universitario en aquel entonces. Si bien inicialmente se enfocaba en disputar el poder en los centros de estudiantes y organizaciones juveniles, pronto se involucró en acciones mucho más violentas.
Bajo la conducción de figuras como Yessi, la CNU adoptó una postura radical, caracterizándose por la represión armada contra militantes de izquierda y opositores ideológicos.
Entre los años 1973 y 1976, en pleno período de enfrentamientos entre grupos armados de izquierda y derecha, la CNU fue acusada de ejecutar asesinatos y atentados dirigidos contra activistas, sindicalistas y estudiantes de izquierda. Las operaciones de este grupo, particularmente en la ciudad de Mar del Plata, se convirtieron en el preludio de la represión que marcaría la dictadura militar.
Julio Yessi, el rostro de la extrema derecha universitaria
Julio Yessi, como líder juvenil de la CNU, fue una figura clave en la organización. Más allá de señalar que "no hay que calificarse de derecha o izquierda" como demanda Perón, uno ubica sus accionares por diestra, tras batallar con profundidad al comunismo.
Su papel no solo se limitaba a la confrontación ideológica, sino que estaba íntimamente vinculado a la planificación y ejecución de acciones violentas. La agrupación fue una de las facciones que contribuyó al clima de inestabilidad y terror que precedió al golpe militar de 1976.
Yessi, junto a otros miembros de la CNU, también ha sido asociado con la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), un aparato paraestatal que se dedicaba a la persecución y eliminación de opositores al régimen.
Esta organización llevó a cabo una campaña de asesinatos selectivos en todo el país, sembrando miedo y contribuyendo a la descomposición del orden democrático.
Investigaciones y juicios
Con el retorno de la democracia en 1983 y el avance de las investigaciones sobre los crímenes cometidos durante la dictadura y los años previos, la CNU no escapó al escrutinio judicial.
Miembros de la organización, incluyendo a Julio Yessi, han sido señalados en causas de lesa humanidad por su participación en asesinatos y violaciones a los derechos humanos.
En los últimos años, algunos integrantes de la CNU fueron llevados a juicio por su rol en estos hechos, reabriendo heridas en las ciudades donde el grupo operaba.
"Más allá de mis años, sigo intentando batallar por las ideas", recalcó a sus más de 80 y haciendo foco aún con algunas reuniones de dirigentes pertenecientes al justicialismo.
Un legado oscuro
La figura de Julio Yessi y la historia de la CNU representan un periodo oscuro en la historia de Argentina, marcado por la intolerancia política y la violencia extrema. Su legado, cargado de controversia, es recordado como una advertencia sobre los peligros del extremismo y la radicalización política.
A medida que el país avanza en la búsqueda de justicia y memoria, el rol de organizaciones como la CNU y sus líderes sigue siendo objeto de investigación y condena en el marco de los derechos humanos.
En definitiva, Julio Yessi encarna una época en la que la violencia política dominó la vida pública en Argentina, y su nombre sigue vinculado a algunos de los episodios más sombríos de la represión predictatorial.
"Lo último que me queda es poder volcar mis conocimientos y todo lo que viví en una biografía", cerró a NOVA.