En la escuela primaria Swiss Valley, donde comenzó su jornada, el príncipe compartió una anécdota sobre sus hijos. Al elogiar la actuación de Ruby Davies, una niña de 10 años, Guillermo mencionó que su hija Charlotte también disfruta del teatro y el baile, y prometió mostrarle el video de Ruby. Además, recibió pulseras de la amistad, que le fueron entregadas en un sobre rosa, para sus hijos. Con su característico sentido del humor, Guillermo comentó que mantendría las pulseras alejadas de su hijo Louis, conocido por su travesura.

La visita de Guillermo a Llanelli incluyó una parada en la sede de la Ambulancia Aérea de Gales, un lugar que le evocó recuerdos de su tiempo como piloto de estas aeronaves entre 2015 y 2017. El príncipe manifestó su deseo de volver a pilotar, indicando que estaría dispuesto a ofrecerse como voluntario para pasar un fin de semana en el mando de una ambulancia aérea.

En el ámbito deportivo, Guillermo también visitó la sede del club de rugby Scarlets, uno de los equipos profesionales de Gales clasificado para la Copa del Mundo de 2025. El príncipe homenajeó a los exjugadores del equipo y apoyó la campaña Missing Caps, que busca identificar a exinternacionales galesas no registradas, pero que han sido fundamentales en el desarrollo del rugby en el país.

A lo largo de la enfermedad de Kate Middleton, el príncipe Guillermo ha sido un sólido apoyo para su esposa. En enero, Guillermo ajustó su agenda para acompañar a Kate durante una operación abdominal y su posterior recuperación. La experiencia ha reafirmado para la pareja la importancia de valorar las cosas simples de la vida, como el amor y el apoyo mutuo.