El presidente del bloque, Rodrigo De Loredo, optó por mantenerse neutral ante los comunicados enfrentados. En lugar de ceder a las presiones, planea convocar una reunión la próxima semana para pedir reflexión a sus correligionarios. De Loredo cree que el conflicto no es exclusivo de la UCR, citando ejemplos de discordias similares en otros bloques políticos, como La Libertad Avanza y el PRO.

De Loredo enfrenta críticas por la posición de su bloque en el espectro político y por su influencia en la Cámara baja, donde la UCR, con 33 bancas, puede definir votaciones clave. Esta posición la coloca en el centro de las tensiones políticas.

La Convención Nacional de la UCR, presidida por Gastón Manes, hermano del neurocientífico Facundo Manes, prevé sancionar a los diputados que no siguieron la línea del partido sobre la reforma previsional. La posible suspensión de las afiliaciones ha generado incertidumbre, especialmente en Evolución, que teme quedar automáticamente fuera del bloque. Los dirigentes de Evolución rechazan esta posibilidad y recuerdan casos anteriores de diputados no radicales en la bancada.

La Convención se reunirá en breve para decidir sobre la suspensión preventiva de afiliaciones, mientras el Tribunal Nacional de Ética evalúa si expulsa a los radicales que buscan alianzas con Milei para las legislativas de 2025.

Más allá de las sanciones y declaraciones, el trasfondo de la disputa revela una división profunda sobre cómo enfrentar al fenómeno libertario y sobre la representación del partido. Diputados radicales destacan una división entre el radicalismo del AMBA, con capacidad mediática, y el radicalismo provincial, con una fuerte base electoral en el territorio.

Gobernadores y referentes provinciales temen que un enfrentamiento abierto con Milei pueda perjudicar sus relaciones con el gobierno y sus perspectivas electorales, dado que sus electorados apoyaron a los libertarios en las recientes elecciones. Por el contrario, sectores más confrontativos sostienen que colaborar con los libertarios podría llevar a la desaparición del partido, mientras que una postura crítica podría ser políticamente beneficiosa si el plan económico del gobierno muestra signos de agotamiento.

De Loredo, en su discurso de cierre antes de la votación, reflejó la fragmentación que caracteriza al actual escenario político y advirtió sobre la posibilidad de futuras divisiones dentro del bloque radical. Los sectores que se consideran “institucionales” prevén nuevas votaciones que podrían seguir poniendo a prueba la cohesión del partido.