El preservativo es uno de los métodos más eficaces para prevenir infecciones de transmisión sexual (ITS), como el VIH, la sífilis y la gonorrea. Utilizado de manera correcta y constante, reduce notablemente el riesgo de transmisión de estas infecciones, convirtiéndose en un recurso clave para la salud sexual.
El uso del preservativo se encuentra disminuyendo drásticamente en Argentina: hace 10 años se utilizaba en el 37 por ciento de las relaciones sexuales y ahora está por debajo del 15 por ciento, según la encuesta de riesgo de AHF Argentina a nivel país.
🔴La OMS alerta del «alarmante» declive del uso del preservativo entre adolescentes europeos
— Canal 5 Noticias (@5noticiasuy) August 31, 2024
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Si bien existen otros métodos de prevención, el uso de profilácticos sigue siendo de fácil acceso y, es la política pública más económica comparándola con respecto a otras como puede ser el PREP. Además, previene otras ITS que se transmiten por fluidos corporales, como la clamidia y la gonorrea. Aunque infecciones como el herpes genital, el virus del papiloma humano (VPH) o MPOX (viruela del mono) pueden propagarse por contacto directo de piel, el preservativo es una barrera crucial para reducir el riesgo.
En Argentina, los gobiernos tanto nacionales como provinciales tienen la obligación de brindar de manera gratuita preservativos a quién los solicite. Además, las obras sociales deben reintegrar el costo total de la compra de preservativos sin importar marca y tipo, o mismo pueden ir a retirarlo en farmacias con orden médica. El tope de preservativos que se pueden adquirir de manera mensual es de 30 unidades.
El uso de este método contribuye a la planificación familiar, ya que es un método anticonceptivo eficaz, lo que lo convierte en una doble protección. A pesar de los mitos que lo rodean, como la idea de que disminuye el placer sexual, muchos preservativos están diseñados para ofrecer una experiencia satisfactoria sin comprometer la seguridad.
Incorporar el preservativo en todas las relaciones sexuales de inicio a fin -ya sean vaginales, anales u orales- es esencial para quienes desean mantener su salud sexual. El preservativo protege a todas las partes, promoviendo una práctica sexual más segura y responsable. Es una herramienta de prevención y contribuye a disfrutar de una vida sexual plena y segura. Al ofrecer protección y tranquilidad, permite a las personas concentrarse en el disfrute y el bienestar mutuo, fomentando una relación más saludable y libre de preocupaciones por las ITS o embarazos no planificados.
La responsabilidad y el cuidado mutuo son la clave para vivir una sexualidad libre y satisfactoria.