Por la doctora Johanna Furlan, especial para NOVA.
Los labios vuelven a ser el centro de atención, y, con el frío también vuelven sus principales enemigos: las bajas temperaturas, la calefacción y todavía el uso, en algún caso prolongado, del tapabocas.
La piel de los labios es mucho más fina que la de otras zonas del cuerpo y, además, es muy sensible a los agentes externos, como el frío o calor. Es cierto que la piel, en los labios, se regenera hasta cuatro veces más rápido que en otras zonas del cuerpo, pero al ser tan delgada, se daña con mayor facilidad, esta piel presenta receptores para detectar ciertos estímulos, por lo que percibe mejor la temperatura y la textura de las cosas.
¿Por qué se resecan?
Los labios se resecan más rápido que cualquier otra parte del cuerpo porque no son capaces de evitar la evaporación de la humedad como otras áreas de la piel. Además, la piel labial carece de glándulas sebáceas, por lo que se irrita con mayor facilidad por efecto de la deshidratación.
El frío y la sequedad, junto a la exposición de otros factores como la calefacción, hacen que la piel y la semimucosa de los labios tiendan a resecarse más que otras zonas no expuestas. Esta es una de las zonas de la piel que más sufren durante los meses de invierno. Por lo tanto, es fundamental llevar siempre a mano un protector labial que cumpla como capa aislante frente a los factores externos perjudiciales.
Es ideal aplicar durante el día, protectores labiales con factor de protección solar y productos que contengan vitamina E como antioxidante. ¡Y si tendemos a humedecerlos con saliva o mordisquearlos, dejar de hacerlo!
El frío, la calefacción y el tapaboca los grandes enemigos de los labios
Que el frío y la calefacción son los grandes enemigos de los labios, pero ahora se ha añadido el uso del tapaboca, que implica un roce continuo y falta de ventilación, circunstancias que tienen efectos sobre los labios. Por lo tanto, es necesario adoptar una nueva rutina.
El roce con la mascarilla puede provocar irritación y favorecer también la deshidratación, este invierno puede que notemos que los labios se resecan más y que son más proclives a agrietarse, por lo que es conveniente aplicar bálsamo labial de forma generosa, tantas veces como sea necesario durante el día y también por la noche.
Todo lo que genera estrés a nuestra piel, acelera su envejecimiento prematuro. Las condiciones de humedad y los elevados niveles de CO₂ afectan a la flora bacteriana que habita en nuestra piel y, en consecuencia, es una causa de inflamación. Este fenómeno se traduce en una barrera cutánea comprometida, elevados valores de pH, y mayores pérdidas de agua.
Cuidados básicos
Hidratar: al menos dos veces al día. Además, se recomienda cuidar la nutrición teniendo en cuenta los aportes necesarios de vitamina A que nos ayudan a mantener los tejidos en perfecto estado.
Elegir labiales nutritivos y aplicar varias veces al día para que aporten activos hidratantes y también la piel quede aislada de las temperaturas extremas, del aire frío y del roce con la mascarilla.
Antes de dormir hidratar, una buena opción son las mascarillas que actúan como un bálsamo y que están compuestas con potentes antioxidantes que nutren y regeneran los labios secos durante las horas de sueño. También, en la ducha, podemos incluir los labios en tu rutina de exfoliación. Eso sí, siempre con un producto que sea lo más respetuoso posible con la piel. Una buena alternativa es aquellos que llevan una combinación de azúcar, café y cera de abejas.
Limpieza: un buen comienzo para el cuidado de los labios es una limpieza delicada pero eficaz. En la zona de los labios hay que optar por ingredientes calmantes y reparadores como la manteca de o remedios tradicionales como la vitamina E. Si notamos sequedad en los labios, evita humedecerlos con la lengua, los enzimas que existen en nuestra saliva pueden causar más irritación. En su lugar podemos usar un gloss hidratante.
Exfoliar: la exfoliación de labios o lip scrub es una técnica que nos va a ayudar a mantener la piel esa zona tan delicada en perfecto estado. Tenemos que hacerlo con mucho cuidado ya que una exfoliación excesiva o inadecuada podría dañar la barrera cutánea natural. Se recomienda exfoliar los labios una vez por semana y, preferiblemente, por la noche. Es importante que tras la exfoliación hay que hidratar bien los labios.
Para prevenir la irritación y sequedad extrema, la prevención es el primer paso fundamental. Además del uso regular de bálsamos y cremas, se recomienda usar un humidificador en casa para mantener la humedad del aire. No olvidar la hidratación los 365 días del año bebiendo suficiente agua.