Por la doctora Guillermina Creus (*)
Durante la primavera y el verano, estaciones cálidas y más húmedas, las personas se encuentran más expuestas a los rayos directos del sol. Por eso, en esas épocas del año, la piel tiende a deshidratarse ya que el cuerpo suda más para protegerse del calor. Esto hace que la piel se vuelva más rígida y propensa a irritaciones y enrojecimientos, luciendo apagada, cansada y seca debido a la necesidad constante de hidratación para regenerarse.
¿Cómo lidiar con la #piel seca, la picazón o irritación en #invierno? El clima frío suele provocar estos cambios y aquí te contamos qué puedes hacer para evitarlos.#Piel #SkinCare #PielSana #CuidadoDeLaPiel #PielSeca pic.twitter.com/yH0W48LQOf
— Médica Sur (@medicasur) January 27, 2024
En tanto, en el otoño y en el invierno la resequedad en la piel también se presenta. Esto se debe a que los vasos capilares se contraen, impidiendo que llegue suficiente oxígeno y nutrientes a la piel. Esta barrera natural se ve amenazada y se forma un escudo para enfrentar los fuertes vientos y bajas temperaturas, lo que provoca grietas y descamaciones en la piel.
Es por todo ello que se debe reparar y crear una barrera protectora hidratando de manera profunda la piel y hacerlo a lo largo de todo el año. Es esencial seguir una rutina de limpieza y sellar la superficie de la piel con cremas.
Entre las recomendaciones para evitar la resequedad de la piel pueden mencionarse:
1. Hidratación constante. La hidratación es clave para mantener la piel saludable. Se pueden utilizar cremas y lociones hidratantes de alta calidad que contengan ingredientes como glicerina, ácido hialurónico y ceramidas. Estos componentes ayudan a retener la humedad y a reforzar la barrera protectora de la piel. Se debe aplicar la crema hidratante inmediatamente después de la ducha, cuando la piel aún está ligeramente húmeda para maximizar la absorción.
2. Evitar duchas largas y calientes. Aunque una ducha caliente puede ser reconfortante en invierno, el agua caliente puede eliminar los aceites naturales de la piel, agravando la sequedad. Es importante implementar duchas cortas con agua tibia y utilizar jabones suaves y sin fragancia para evitar la irritación.
3. Uso de humidificadores. El uso de calefacción en interiores disminuye la humedad ambiental y esto contribuye a la sequedad de la piel. De ser posible, es recomendable instalar un humidificador en el hogar para aumentar la humedad del aire, ayudando a mantener la piel hidratada. Se puede colocar el humidificador en habitaciones donde se pasa la mayor parte del tiempo, especialmente en el dormitorio durante la noche.
4. Vestimenta adecuada. El frío y el viento pueden deshidratar y dañar la piel. Es importante proteger la piel con guantes, bufandas y gorros cuando se está en el exterior. Se pueden elegir tejidos naturales y transpirables como el algodón y la lana, pero hay que asegurarse de que no irriten la piel.
5. Cuidado de las manos y pies. Las manos y los pies son particularmente vulnerables a la sequedad en invierno. Es ideal aplicar crema hidratante varias veces al día y utilizar cremas más espesas para áreas más secas. También pueden usarse guantes de algodón por la noche después de aplicar una crema hidratante para mejorar la absorción.
6. Beber suficiente agua. La hidratación también debe venir del interior. Aunque en invierno no se siente tanta sed, el cuerpo sigue necesitando agua para funcionar correctamente.
7. Dieta saludable. Una dieta rica en ácidos grasos esenciales, como los que se encuentran en el pescado, nueces y semillas, puede ayudar a mantener la piel hidratada. Es bueno sumar frutas y verduras que aporten vitaminas y antioxidantes, esenciales para la salud de la piel.
8. Evitar productos agresivos. Es recomendable elegir productos de cuidado de la piel que sean suaves y adecuados para pieles secas o sensibles. También se deben evitar los exfoliantes fuertes y los productos con alcohol, que pueden empeorar la sequedad.
9. Consultar a un dermatólogo. Si la resequedad de la piel persiste a pesar de seguir estos consejos, es importante consultar a un dermatólogo. Existen productos específicos o tratamientos médicos para abordar el problema de manera efectiva.
10. Usar protector solar. El uso de protector solar mínimo de +50 todos los días debe mantenerse a lo largo del año, aunque los rayos del sol tengan menos penetración en la época de invierno.
En suma, mantener la piel hidratada y protegida durante el invierno requiere un cuidado constante y el uso de productos adecuados. Siguiendo estas medidas, se pueden prevenir la resequedad y mantener la piel saludable y radiante durante toda la temporada fría.
(*) Médica dermatóloga de vittal (MN 181.480).