El especialista en crecimiento económico con y sin dinero está demostrando su impericia
Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA
La economía argentina ha vuelto a dar un paso atrás en junio, interrumpiendo el breve respiro de recuperación que se había observado en mayo. Según los datos del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) publicados por el INDEC, la economía se contrajo un 3,9 por ciento en comparación con junio de 2023, después de haber mostrado una mejora del 1,9 por ciento en mayo respecto al mismo mes del año anterior.
La industria manufacturera, el comercio y la construcción han sido los sectores más golpeados, contribuyendo significativamente a esta caída. La pregunta que muchos se hacen es qué está haciendo el gobierno de Javier Milei para revertir esta situación. A la luz de los resultados, queda en evidencia que poco y nada.
Desde su asunción, Milei -que decía ser especialista en crecimiento económico con y sin dinero- prometió una serie de reformas económicas radicales, de primera; segunda y tercera generación pero hasta ahora no hubo más que la aplicación de medidas que ya fracasaron en el pasado. Basta repasar el discurso de José Alfredo Martínez de Hoz el 2 de abril de 1976 para advertir la similitud entre las medidas del ministro de Videla y las del gobierno actual. La contracción económica de junio es un claro reflejo de esta desconfianza.
El gobierno de Milei finge demencia y dice que quienes adoptan un tono crítico a su gestión es porque "no la ven". Lo cierto es que los que "no la ven" están vendiendo dólares de sus ahorros para llegar a fin de mes, o están con miedo de perder el trabajo, si aún tienen la suerte de tenerlo. La gestión mileista no toma conciencia de que altera los ánimos y que está dejando, a su paso, una piedra en cada puerta. Algún día deberá desandar ese camino con la gente armada y desencantada.
El auto en el que viajamos todos los argentinos avanza para estrellarse contra el paredón, por eso es crucial que el gobierno pegue un volantazo para evitar la colisión. Las palabras industria, producción y empleo tienen que formar parte del discurso oficial. La contracción económica de junio es un llamado de atención para el gobierno de Milei. La promesa de un futuro mejor, dentro de 45 años, no es suficiente. Se necesitan acciones concretas, menos "yuyitos" y más gestión.