Editorial
Asco

Argentina gobernada por la violencia y la doble moral

Alberto Fernández y Javier Milei, dos ejemplares de la detestable clase política que viene "conduciendo" al país. (Dibujo: NOVA)

La escandalosa denuncia contra el expresidente golpeador y putañero Alberto Fernández, cuyas repercusiones llegaron a las portadas de los diarios más emblemáticos del mundo, terminó de aniquilar a un peronismo que ya estaba roto, carente de identidad y liderazgo.

Asimismo, se transformó en una magnífica cortina de humo que permitió opacar, al menos por un rato, el desastre económico que está agravando el presidente Javier Milei con sus medidas opresoras que solo favorecen a “la casta”, mientras disfraza su gestión bajo el manto de un supuesto superávit fiscal cuya dinámica no hace más que hundir al sector privado y a los laburantes.

El mandatario, que también hace alarde de su título de economista y se autodenomina libertario pero, contrariamente, no deja de intervenir los mercados en beneficio de sus intereses y los de las grandes corporaciones, no tiene la mínima idea de cómo reactivar la economía. Lejos quedó la promesa del levantamiento del cepo cambiario, la dolarización, el cierre del Banco Central y la reconstrucción del país.

El verso de que “no hay plata”, mencionado hasta el hartazgo en encendidos discursos cargados de violencia, ya no se lo cree nadie: los constantes y lujosos viajes al exterior por causas irrelevantes y los 100 mil millones de pesos de fondos reservados ya gastados, entre otros despilfarros, desmienten categóricamente el supuesto vacío de fondos de las arcas del Estado. La plata puesta en la reestructuración de la SIDE no hace más que levantar sospechas sobre el destino de los recursos que deberían ir al pueblo, y no a fines o intereses políticos.

Desde que asumió, el presidente viene aplicando un morboso plan de empobrecimiento de los argentinos, instrumentado mediante un ajuste letal: en el primer semestre del año, 10 mil pymes bajaron sus persianas y 270 mil personas se quedaron sin trabajo. En tanto, la actividad industrial cayó 19,5 por ciento interanual. La crisis es tan profunda, que ya se vienen escuchando testimonios de ciudadanos que se han visto obligados a vender su auto para poder pagar el alquiler, comer o acceder a atención médica. Un dato que asusta.

Sin embargo, el ministro de Economía más timbero de la historia argentina, Luis Caputo, a quien le brotan los verdes del bolsillo, tuvo el tupé de advertir, mientras segundo a segundo enriquece sus cuentas, que "en breve la gente va a tener que vender dólares para pagar impuestos".

El ministro de Economía macrista vendido a los farsantes libertarios sigue incrementando astronómicamente las tarifas y el transporte público, dejando los bolsillos de la gente totalmente secos antes de llegar a la mitad del mes. Y por si fuera poco, se burla del padecimiento ajeno. ¿Acaso nadie le hizo llegar el informe de Unicef, que revela la cantidad de niños que se van a dormir sin comer? ¿No le da vergüenza decir lo que dice, y hacer lo que hace?

Por otro lado, muchos están a la espera de que algún experto más comprometido con el pueblo, y menos con el propio bolsillo, le indique que frenar la emisión y bajar el gasto público no alcanzan para contener la inflación, porque las reservas siguen cayendo y los inversores huyen en búsqueda de destinos más fértiles. De hecho, no es un logro destacable un 4 por ciento de inflación mensual, cuando hay países que no llegan a ese índice ni en el balance anual.

A pesar de todo esto, Javier Milei sigue ocupando su tiempo en repostear minuto a minuto, en su red social favorita - la de su amigote Elon Musk- las críticas hacia el periodismo y también al gatero Alberto Fernández, mientras se muestra a los besos con su nueva adquisición “amorosa”, Amalia “Yuyito” González. El mismo gatito mimoso que compartió sábanas con el expresidente Carlos Menem, figura a quien Milei no deja de rendirle pleitesía.

A medida que se agota el peronismo como fuerza opositora y ejecutora de un sinfín de actos de corrupción que vienen sacudiendo la escena política nacional, cuyo último capítulo fue el culebrón que involucra al golpeador y su expareja, plagado de múltiples ribetes políticos y judiciales, el León calcula las coordenadas de los próximos pasos de su malograda “gestión”. Seguramente esté convencido de que las inmoralidades y delitos de su predecesor le ayuden a desdibujar los números de la fuerte crisis que atraviesa La Libertad Avanza. Pero no debería olvidar que los medios rápidamente vuelven a cambiar el foco cuando “pasan cosas”.

El exconsultor de imagen de Mauricio Macri, Jaime Durán Barba, ha hecho una nueva y gráfica lectura de la administración actual. “Milei tiene que hacer una cosa que es bien complicada, que es solucionar el problema más grande que tiene el país, el económico. Y no es el problema económico en el que él cree, porque el déficit cero y la inflación son poca cosa. El problema más grande del país, como vemos en todos los estudios que hacemos, es que el padre pueda regalarle un helado al hijo cuando le lleva al parque. Que la gente pueda vivir mejor".

La inestabilidad política nunca llega a buen puerto. La onda expansiva es demasiado grande, especialmente cuando siguen abundando en la cúpula del poder delitos como el enriquecimiento ilícito, la malversación de fondos y demás maniobras ocultas de infinitas cadenas de favores que siguen empujando a los más desprotegidos hacia la miseria.

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