Días atrás, Fernández mantuvo un encuentro con el actual gobernador, Axel Kicillof, para avanzar con un eje político y abrir las puertas del Movimiento Evita en las células que tienen por todo el país con un solo eje: Trabajar en la campaña electoral de Axel Presidente.

Además, Moreno fue el lugar que el gobernador eligió para homenajear a Evita, en la famosa marcha de las antorchas y que tuvo la recepción de los alcaldes del peronismo, en contraposición a la marcha en Avellaneda, donde Jorge Ferraresi encabezó una marcha con los propios.

Sin embargo, Mariel Fernández comenzó un proceso de formación política que logró aglutinar a dirigentes de todas las vertientes del peronismo, como es el caso de Guillermo Moreno hasta Máximo Kirchner.

Incluso, desde el Evita pueden vislumbrar buena relación con todas las tribus del peronismo, algo que no pueden mostrar muchos dirigentes y que hoy significa un valor preponderante en la relación de poder que vive el Justicialismo en una unidad cada vez más frágil.

La clave de Mariel como dirigenta es que tiene buen diálogo con todos los sectores y tiene una buena vista en el Instituto Patria, que a través de Cristina Kirchner tiene poder de veto en la conformación de las listas, por lo que la posibilidad que la nueva cara del Movimiento Evita se cole en una potencial lista de sucesión de Axel Kicillof.

En el riñón del Movimiento Evita sostienen que “Mariel puede ser la candidata que acompañe a cualquiera que se aventure a ser candidato a gobernador” y que “cumple con todos los sectores del peronismo”, aunque por debajo aceptan que no fueron receptivos con los dirigentes de Sergio Massa que quiso armar una interna partidaria en la última elección.

En el gabinete de Mariel son conscientes que trabajan por una candidatura en la lista para la Gobernación y que la gestión local será la punta de lanza para mostrar. Tal es el convencimiento de la base del Movimiento Evita que, en la marcha de las antorchas se entonó el “Para Mariel, Gobernación”.