Además, se instruyó al Encargado de Negocios en Caracas a no asistir al acto de proclamación de la candidatura oficialista convocado por las autoridades venezolanas.

Nicolás Maduro fue proclamado presidente electo de Venezuela un día después de que la oposición rechazara los resultados de las elecciones y mientras se desarrollaban las primeras protestas en algunas zonas de Caracas.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) declaró oficialmente a Maduro ganador de los comicios, asegurando su reelección para un tercer período y entregándole las credenciales que lo acreditan como mandatario para el periodo 2025-2031.

Tras el anuncio de los primeros resultados, la situación en el país se tornó tensa, con reportes de protestas, cacerolazos y cortes de caminos en diversos puntos de la capital.

En el comunicado se subraya también la importancia de permitir el acceso de la oposición a las actas de escrutinio. El Gobierno nacional instó a las autoridades venezolanas a respetar el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, del cual Venezuela es parte.

El comunicado acusa al Gobierno de Maduro de llevar a cabo acciones que evidenciaban que las elecciones no serían democráticas ni transparentes, tales como la proscripción y persecución de opositores políticos, la violación sistemática de derechos humanos, el rechazo a la presencia de observadores y prensa extranjeros, y las restricciones impuestas al registro de votantes en el exterior.

A pesar de estos desafíos, el comunicado destaca que muchos miembros de la comunidad internacional, incluida Argentina, eligieron confiar en la posibilidad de un cambio para Venezuela en ese limitado espacio de participación.

Desde el inicio de su gestión, Argentina ha denunciado enfáticamente estas irregularidades y el deterioro de la situación política y humanitaria en Venezuela, no sólo con palabras sino también con acciones concretas, como el asilo diplomático otorgado a dirigentes de la oposición, quienes aún no han recibido el salvoconducto para salir del país de manera segura.

Finalmente, la Cancillería, guiada por supuestos principios de "libertad, democracia y derechos humanos", reafirma su compromiso de apoyar decididamente el anhelo de libertad del pueblo venezolano y hace un llamado a la comunidad internacional para desconocer "el fraudulento resultado" de las elecciones en Venezuela.