Tonos pastel, neutros y suaves, vestidos sencillos de telas delicadas, paisajes campestres y una estética modesta que resalta lo natural: esta es la propuesta típica de una serie romántica ambientada en Londres durante el período de la Regencia a principios del siglo XIX. Este enfoque recuerda a las adaptaciones de obras de Jane Austen, como "Orgullo y Prejuicio", una de las películas más icónicas de esa época.

Sin embargo, "Bridgerton" se aparta completamente de este estilo. La serie destaca por su diversidad cultural, sensualidad y erotismo, así como por una estética extravagante y única. Desde las mansiones ornamentadas donde se desarrollan la mayoría de las escenas, hasta los vestidos y trajes detalladamente elaborados que visten sus protagonistas, cada elemento está cuidadosamente diseñado para crear una fantasía única que ha cautivado a un número creciente de espectadores.

Desde su lanzamiento en 2020, "Bridgerton" se ha convertido en una de las series originales de Netflix más vistas, acumulando más de 2.500 millones de horas de reproducción en sus tres temporadas a nivel mundial.

Basada en las novelas de Julia Quinn, la serie narra la vida de la familia Bridgerton, miembros de la alta sociedad, durante las "temporadas sociales" en las cuales sus hijas son presentadas al mercado matrimonial. La historia se desarrolla en una versión alternativa de Londres del siglo XIX, en la que el Rey Jorge III otorga títulos nobiliarios a ciudadanos afrodescendientes debido al origen étnico de su esposa, la Reina Carlota.