Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA
El 18 de julio de 1994, a las 9:53 horas, una explosión devastadora destruyó la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en la calle Pasteur 633 de la Ciudad de Buenos Aires, dejando un saldo de 85 muertos y más de 300 heridos.
Este atentado, el más grave en la historia de Argentina, sigue siendo una herida abierta en la memoria colectiva del país. Treinta años después, la Justicia argentina sigue en deuda con la sociedad.
Desde el inicio la investigación del atentado ha estado plagada de irregularidades, corrupción y encubrimientos. El juez Juan José Galeano, que inicialmente estuvo a cargo del caso, fue destituido por manipular pruebas y sobornar testigos. La muerte del fiscal Alberto Nisman en 2015, en circunstancias aún no esclarecidas, añadió una capa más de misterio y desconfianza a la ya complicada búsqueda de justicia.
A pesar de las investigaciones que apuntan a la participación de Hezbollah y la República Islámica de Irán, los esfuerzos para extraditar a los sospechosos han sido infructuosos. En tiempos de Cristina Kirchner, con la ayuda de personajes como Luis D'elía y Jorge "Yussuf" Khalil el controvertido "Memorándum de Entendimiento" con Irán, lejos de avanzar en la causa, solo sirvió para aumentar la desconfianza y la sensación de impunidad.
Los familiares de las víctimas han luchado incansablemente durante estos 30 años, buscando verdad y justicia. Son quienes se llevaron la peor parte, porque tuvieron que aprender a sobrevivir con la injusta muerte de sus seres queridos.
Desde ese fatídico 18 de julio hasta hoy pasaron ocho presidentes. Todos prometieron que se iban a arbitrar los medios para sentar a los responsables en el banquillo de los acusados, cosa que nunca pasó.
En la víspera del triste aniversario, el presidente Javier Milei participó del Congreso Judío Mundial, celebrado en Buenos Aires. Este jueves estará participando del acto central en las inmediaciones de la AMIA. El clima está enrarecido porque hace cuatro días el diario Tehram Times -cercano al régimen iraní- publicó una dura editorial por los 30 años del atentado a la mutual judía de Buenos Aires, en la que destacó que el régimen “le hará lamentar” al gobierno argentino su enemistad “en el momento adecuado”. La publicación llegó en respuesta a las autoridades de nuestro país, que señalaron a Hamas como una organización terrorista.
El editorial en cuestión refiere que “el nuevo Presidente de Argentina, que no ha ocultado su interés en el régimen sionista mata-niños de Israel, ha seguido el camino del escenario sionista anti-Irán, repitiendo afirmaciones infundadas contra la República Islámica y amenazando a los ciudadanos iraníes”, al tiempo que agrega: "Irán siempre ha soportado pacientemente las acusaciones y aún espera que los funcionarios políticos y judiciales de ese país actúen entendiendo su responsabilidad de descubrir la verdad y tratar de abordar las desviaciones creadas en este caso".
Sobre el final del texto, la nota afirma que "Teherán no olvidará las políticas antiiraníes de Buenos Aires. Pero Irán ha demostrado que no juega fácilmente en el tablero de ajedrez del enemigo, pero en el momento adecuado y en la posición adecuada, impondrá su propio juego". El presidente Milei tiene especial interés en la cuestión, pero más allá de su profundo sentir ¿cuál sería la actitud de mayor prudencia por parte de su gobierno frente a la advertencia iraní?
El atentado a la AMIA es una herida que no termina de cerrar. Los deudos de las víctimas no quieren resignarse a morir sin conocer la verdad, pero alcanzarla parece ser una meta cada vez más imposible de alcanzar.