La media sanción que sacó en la Cámara de Diputados le da a Kicillof un nuevo valor en la rosca política y se jugó un pleno a tener una derrota que lo podía marcar y poner en una situación de menor juego en los próximos debates parlamentarios.

Con apoyo de los libertarios con pasado massista, abroquelados en el bloque Unión, Renovación y Fe, sumado al apoyo encubierto del radicalismo, le dieron al gobernador la posibilidad de avanzar en pleno con el proyecto que tomó como la madre de todas las batallas.

En este escenario legislativo, Kicillof se anima a más y se apoya en los intendentes para avanzar en una norma clave y con un gesto para comandar a todo el peronismo provincial.

Según supo NOVA, el gobernador dio el visto bueno para avanzar en la discusión de la Reforma Política y prepara, para el segundo semestre, el debate para cambiar la reelección indefinida y da vía libre para que los legisladores propios acompañen.

Aunque hay legisladores del Grupo de los 8 kicillofistas que son prudentes para dar el visto bueno, la orden desde Casa de Gobierno es habilitar la discusión para dar un gesto a los intendentes.

El poroteo todavía no está. Ideológicamente, la mayoría encuentra un freno al debate de reformar la ley de reelección indefinida, aunque la realidad marca que los jefes políticos necesitan que la norma se modifique.

“No hay nadie construyendo una alternativa. Ni en los distritos, ni la Legislatura”, le dijo preocupado a NOVA uno de los legisladores que come asado con los intendentes para conversar temas de la reelección indefinida y la postura frente a las determinaciones que lleva adelante Kicillof.

En este escenario, el 60 por ciento de los alcaldes debería buscar una sucesión, principalmente en el Conurbano, donde la instalación es más compleja y las necesidades pasan por sostener el vínculo de un ejecutivo fuerte, sin perder contra la ola libertaria y el calor del discurso anticasta.

Hace algunas horas, en Luján, los intendentes aseguraron que “el escenario es que es inevitable hacer modificaciones” y que hay que barajar el tema para evitar un alto impacto negativo.

La única coincidencia que existe entre las diferentes tribus del peronismo es que hay una necesidad para modificar la norma y que no hay margen más allá de este año.

Mientras, desde el massismo, avisaron que “los que quieren modificar la ley no entendieron nada”. La propia Malena Galmarini pasó por la Legislatura esta semana y dejó un mensaje, aunque dio libertad que cada diputado “vote en rigor de su creencia”.