La historia viviente
Creador del bypass

René Favaloro, el argentino que apostó por el país y perdió

El histórico médico nació el 12 de julio de 1923, en La Plata.

Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA

El 12 de julio de 1923 en la ciudad de La Plata, nació René Gerónimo Favaloro. Su primer contacto con el mundo de la medicina lo tuvo de la mano de su tío, un médico de barrio que le transmitió ligeros conocimientos y el amor por la profesión. Tal vez por eso el pequeño René supo desde muy pequeño cuáles iban a ser sus herramientas de trabajo: el guardapolvo y el estetoscopio.

En una Argentina que premiaba el esfuerzo, el estudiante Favaloro ingresó a la Universidad Nacional de La Plata con una obsesión: recibirse cuanto antes. A su Invencible vocación le añadió disciplina, esfuerzo y sacrificio (palabras que en la Argentina de hoy parecen haber perdido vigencia) El arduo esmero de los años previos lo vio retribuido en 1949, al recibir su diploma de médico.

De Jacinto Arauz al mundo

Favaloro completó las prácticas profesionales en el Policlínico de La Plata. A su término tuvo la oportunidad de integrarse al hospital forma permanente, pero la dirección del nosocomio le exigió una prueba de afinidad política que él no sentía y que no estaba dispuesto a fingir. Fue entonces cuando se instaló en Jacinto Arauz, un pequeño pueblo en La Pampa. Allí le tocó reemplazar al único médico del lugar y lo hizo con fervor.

Rápidamente se integró a la comunidad como uno más y meses después invitó a su hermano Juan (también médico) a instalarse allí. Entre ambos lograron concientizar al pueblo de la importancia de los hábitos saludables. Así fue como se redujo la mortalidad infantil y se mejoraron todos los indicadores sanitarios del pueblo. Pero su afán de conocimiento lo llevó a instalarse en Estados Unidos para perfeccionarse en otra de sus pasiones: la cirugía carduovascular.

Gloria y ocaso

En el país del norte se sumó al equipo de Cleveland Clinic. Allí, en 1967 y después de años de estudio, probó con éxito una novedosa cirugía que con el tiempo salvaría millones de vidas en todo el mundo: el bypass. Tres años después regresó a la Argentina y se puso a trabajar en el armado de la Fundación Favaloro, una entidad dedicada a la ciencia, la investigación y sobre todo, a la asistencia de quién la necesite, sin importar su color político ni su capacidad económica.

Hombre de coraje, Favaloro no titubeó en denunciar los problemas que empezaban a dominar la agenda del país en los años 70. Crisis económica, desocupación, violencia y drogas comenzaron a ser temas preocupantes en la sociedad argentina. El ilustre médico no permaneció indiferente a ellos porque algunos le tocaron de cerca: el derrumbe económico, en su deriva descendente arrastró a la Fundación Favaloro.

Las deudas que contrajo el PAMI con la institución tornaron impagables. El propio Favaloro en persona se puso al frente de los reclamos y no dudó en hacerlo porque prefería mendigar antes que negar atención a los pacientes o tener que firmar un telegrama de despido. Agobiado por la situación y ante la indiferencia de quienes debían darle una solución, el sábado 29 de julio de 2000 a los 77 años se suicidó de un disparo al corazón.

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