Hace unas semanas atrás era noticia en todo el país el “casi desmayo” de Gildo Insfrán en pleno acto por el aniversario de la Provincialización. Todos quedaron boquiabiertos porque jamás el barbado lagunense había mostrado signos de debilidad en público, siempre fue enérgico, cargo de vigorosidad que a más de uno admiró, pero esta vez, se vio al hombre desgastado, se vio al hombre frágil tambalearse ante lo que, se dijo después de manera oficial, fue una baja de presión, y más tarde con más “precisión” si se quiere, una hipotensión artostática.
Pero lo que llamó la atención, más allá de los chistes y los comentarios, fue que la primera voz que saliera a dar un parte médico improvisado fuera la del ministro Jorge Abel “Nambrena” González, quien corrió a una radio amiga para contarles a todos que “Gildo está bien, solo tuvo una baja de presión”. Como si emulara a la obra teatral del dramaturgo uruguayo Florencio Sánchez con “M’ hijo el dotor”, Jorge se vistió de médico cardiólogo y dio un parte médico sobre la salud del mandatario.
Por supuesto, Jorge comunicó lo que le mandaron a decir, como buen hombre de los mandados que es, y como ya lo demostró con creces, pero lo preocupante es que puede haber algo más detrás del casi desmayo de Insfrán, y que, por no contar lo que pasa, y no mostrar signos de debilidad ante sus adversarios políticos, se lo esté exponiendo demás, y se esté ocultando algo que puede ser mucho más serio.
La famosa hipotensión artostática se comunicó de manera “oficial” horas después cuando el gobernador mismo publicó en sus redes que “ya estoy bien y listo para retomar mis actividades habituales”, aunque, a decir verdad, nadie creyó en esas versiones.
Y por qué no salió ningún médico “de verdad” a dar un parte, explicar qué tiene y qué fue lo que le pasó ese 28 de junio, no se sabrá nunca, porque esas cosas son habituales en los regímenes, donde nada se puede saber más allá de lo que indique el líder.
Visitas incómodas
Esta semana también marcó la visita de personas no gratas para el Modelo Formoseño. Y es que la Comisión de Revisión de los Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de la Nación, entre los que están, entre otros, el formoseño Fernando Carbajal, llegó a Formosa para tomar los testimonios de las personas que sufrieron la violación de sus derechos más elementales durante la pandemia.
Según la diputada provincial de Nuevo País, también impulsora de esta movida, Gabriela Neme, tenían más de 70 testimonios recogidos solamente en Formosa capital, y mientras estas líneas se escriben, viajaban a Clorinda, la ciudad de Formosa que más tiempo permaneció “bloqueada” durante el 2020 y gran parte del 2021.
La diputada nacional de la Coalición Cívica, Mónica Frade, también de visita en Formosa y parte de la comitiva, sostuvo sin vueltas que “acá en Formosa hubo un plan sistemático para violar los derechos humanos, y eso constituye un delito de lesa humanidad, que no prescribe, y por eso vamos a perseguir que cada persona que reclama justicia, la pueda conseguir”.
Muchas personas, entre comerciantes y vecinos de a pie se acercaron a contar sus testimonios, la gran mayoría, diciendo que tienen miedo y pidiendo la reserva de su identidad.
El Modelo Formoseño en las escuelas
Para colmo de la vergüenza ajena, este jueves en la Cámara de Diputados de la provincia, la Legislatura que es como la Escribanía del Quinto Piso, aprobó la distribución como material de estudio obligatorio un “Manual de Ciencias Sociales” que solamente es una manera impune de sembrar en los chicos y chicas de la primaria de Formosa el “Modelo Formoseño” y las bonanzas de pertenecer.
Sin siquiera darles la posibilidad de leer o de estudiar de qué se trata el manual, y sin la participación de docentes que lo evalúen, aprovechando la mayoría automática, el “Manual de Ciencias Sociales” fue aprobado.