El columnista invitado
Ajuste sobre los más débiles

Hay que ser muy miserable para negarles un pedazo más de pan a los jubilados

El periodista Gustavo Zandonadi. (Foto: NOVA)

Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA

El presidente Javier Milei dejó en claro su postura inflexible frente a la reciente media sanción de la nueva fórmula jubilatoria impulsada por la oposición en el Congreso. Con un mensaje contundente y sin rodeos, Milei prometió vetar el proyecto si este llega a ser sancionado por el Senado. El régimen parece disfrutar de ver a los jubilados en la pobreza.

"Les dejo este tweet para que le quede claro a todo el mundo: no voy a entregar el equilibrio fiscal de ningún modo. Defenderé la caja a veto puro si es necesario", declaró el mandatario, marcando una línea roja que parece no estar dispuesto a cruzar. Esta declaración no solo evidencia una postura firme, sino que también revela una preocupación latente por el déficit fiscal que, según él, ha empobrecido al país en el pasado.

La campaña de Milei se basó en repetir, hasta el cansancio, que el ajuste lo iba a pagar la casta, a la que nunca definió con nombre y apellido. Desde la publicación del nefasto DNU 70/2023 (que todavía está vigente) supo que la casta estaba integrada por los jubilados, los trabajadores y la clase media, las pymes, los comercios, los emprendedores -como se denomina actualmente a los que invierten un pequeño capital para empezar un negocio propio- los enfermos oncológicos que no recibieron medicación y los comedores que no reciben alimentos.

La crueldad es la marca registrada del régimen mileista, como lo fue de la Revolución Libertadora y Proceso de Reorganización Nacional. Bajo las banderas de la libertad y de la lucha contra la subversión, esos gobiernos de facto que aplicaron las mismas recetas liberales que hoy presentan como una novedad en la historia argentina. Son unos cínicos ¿Verdad? Una persona leída, con conocimientos de historia argentina y medianamente informada, no puede ser votante de La Libertad Avanza porque sabe que el liberalismo es la peor desgracia que le pasó a la Argentina.

La decisión de Milei, en caso de convertirse en una realidad, traería consigo un castigo para los jubilados, que después de una vida de trabajo, se ven convertidos en mendigos. Un ingreso de 200 dólares mensuales es una condena a la pobreza y una humillación imperdonable. Es una verdadera inmoralidad que quienes se sacrificaron durante décadas, lleguen a sus últimos años sin poder comer dignamente, dependiendo para ello de la ayuda familiar o de comedores comunitarios (si tienen la suerte de tener algo que no esté retenido por la impresentable gestión de Sandra Pettovello). Hay que ser muy miserable para negarle un pedazo más de pan a los jubilados.

El modelo de José Martínez de Hoz, perdón, digo de Milei (es que son tan parecidos que a veces uno se confunde) cierra con salarios bajos, alta desocupación y sin industria. En los casi seis meses que lleva de gestión no hizo otra cosa que demostrar que añora el país anterior al 4 de junio de 1943 y que está dispuesto a volver al régimen conservador por las buenas o por las malas. Frente a esta amenaza sobre los argentinos de a pie, surgen un sinfín de preguntas ¿Qué va a hacer el peronismo? ¿Qué va a hacer la CGT? ¿Qué va ha hacer la izquierda? ¿Qué va a hacer la Iglesia? Es hora de que hagan algo.

Es necesario buscar una salida dentro de la ley y el orden. La oposición debe ponerse los pantalones largos y asumir que cuando se está en peligro, todo es lícito, menos renunciar a la defensa. En estos seis meses el régimen jugó sus cartas y quedó claro que no se puede esperar nada bueno. La pelota está del lado de los agraviados, para ver si harán uso de su derecho de resistencia a la opresión.

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