Crece la bronca con Magario por la vacante de una comisión clave del Senado
La vicegobernadora bonaerense y presidenta del Senado, Verónica Magario, ya no puede contener el enojo interno que hay en los pasillos de la Cámara Alta por la vacante de una de las comisiones clave para tratar las políticas de un área sensible, principalmente para los 40 municipios del Conurbano.
Se trata de la Comisión de Seguridad del Senado, la única que no logró su conformación desde el mes de febrero y que no tiene alguien que ocupe la presidencia para avanzar en el diagrama de políticas para su tratamiento.
En el Senado bonaerense nos juntamos toda la oposición para frenarle a @Kicillofok la ley funde pymes que aumentaba 7 veces la indemnización por despido. https://t.co/QMeiE4rZ8j
— María Florencia Arietto 🇦🇷 (@florenciarietto) June 14, 2024
Según los consensos internos del Senado, la presidencia correspondía al peronismo de Unión por la Patria y Sergio Berni era quien ocuparía ese espacio, ante la tensión de la exladera de Patricia Bullrich que hoy ocupa un lugar en la banca libertaria, Florencia Arietto.
Sin embargo, Berni no toma control de la comisión de Seguridad y la bronca se traslada a Verónica Magario, mientras crecen los pedidos de intendentes para paliar la crisis en seguridad y que golpea principalmente al Conurbano.
Fuentes legislativas le contaron a NOVA que es Berni quien “no encuentra su lugar” como senador y no se siente cómodo en el llano. “Vos analiza su comportamiento en las sesiones y se siente incómodo, como queriéndose ir rápidamente”, fustigó uno de los hombres que le toca llamar al despacho de Berni para tratar la sintonía fina del bloque.
Berni esperaba contar con la vicepresidencia del Senado y ser el tercer hombre en la línea sucesora de Axel Kicillof, aunque ese lugar quedó para el jabonoso Luis Vivona, hombre de extrema confianza del intendente de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini.
Fue el propio Berni quien, cuando se diagramaba el nuevo gabinete para la segunda etapa del gobierno de Kicillof, aseguró que ocuparía una banca en el Senado para “evitar que la vicegobernadora cajonee el proyecto de reforma policial”.
Desde las oficinas del exministro de Seguridad aseguraron que la pelea de Berni no es solo por la vicepresidencia, sino que se trata de encarar la reforma policial como “un eje clave en la gestión de Kicillof”. “No alcanza sólo renovar la flota completa de patrulleros o llevar a cabo una incorporación de la plana policial más grande de la historia, sino de un cambio para solucionar los problemas de fondo”, analizaron.
Ante este escenario, la bronca se traslada al despacho principal del Senado, que hoy ocupa la vicegobernadora Magario y que no logra contener la tropa propia. Fue el propio Berni quien tensionó la última sesión al momento del nombramiento de los jueces y casi rompe un acuerdo de todos los bloques legislativos.
“En la comisión de ACA (Acuerdos Constitucionales y Acuerdos que preside el camporista Emanuel González Santalla) Berni maltrató a los postulantes, les preguntó cosas que no tenían por qué saber y se fue sin firmar los pliegos”, señaló una fuente enfurecida con Berni. Ese acto generó la posibilidad de ruptura del exministro con el bloque oficialista.