En la reciente administración de la Policía Científica, un Comisario habría destacado por su falta de logros y conocimientos en el área. A pesar de su inexperiencia, estaría al mando de decisiones cruciales que afectan la efectividad de la lucha contra el crimen. Este desmantelamiento sería especialmente evidente con la disolución de la Delegación de Magdalena, indica El Sindicato, lo que habría obligado a personal y recursos de la ciudad de La Plata a cubrir las pericias en dicha área, reduciendo así la capacidad operativa y generando un desgaste innecesario en recursos como móviles y combustible.

El enfoque de la actual gestión parecería estar más en la recaudación de fondos que en la eficiencia policial. Según información que llegó a El Sindicato, revelarían que el secretario del superintendente está más preocupado por reunir 80.000 pesos de cada delegado para hacer un regalo al Superintendente Cruz que por mejorar las condiciones de trabajo de los peritos. Un audio en manos de Asuntos Internos podría complicar legalmente a estos funcionarios, revelando un sistema corrupto y negligente.

El ambiente laboral en la Policía Científica se habría vuelto insostenible. Peritos con años de experiencia estarían pidiendo licencias indeterminadas o recurren a carpetas médicas debido al hostigamiento. Este clima de acoso no solo desanimaría a los profesionales, sino que también debilitaría el cuerpo institucional, alejando a los peritos capacitados de su deber de investigar y combatir el crimen.

Consecuencias Directas en la Seguridad Ciudadana

Las decisiones del ministro de Seguridad estarían teniendo un impacto directo en las investigaciones judiciales. La incompetencia y la corrupción en los altos mandos de la policía no solo afectarían la moral y la eficiencia de los oficiales, sino que también dejarían a los ciudadanos vulnerables ante el aumento del crimen. Mientras los jefes policiales se envuelven en escándalos y festejos personales, la ciudadanía paga el precio de su negligencia.

¿Es posible que la Policía Científica esté siendo destruida únicamente para mantener un sistema de recaudación corrupto? La respuesta parecería clara ante el desmantelamiento de unidades clave y un mal manejo de personal. La mediocridad en los altos mandos, sin formación profesional y utilizando sus cargos para fines personales, estaría desmoronando una institución fundamental para la seguridad pública.