Su recorrido musical comenzó siendo muy joven, como pianista en orquestas de tango. Desde el primer momento Cacho demostró una habilidad innata para plasmar en sus letras distintas escenas de la vida del porteño promedio, al que reflejó como un tipo alegre, con la vida resuelta y con mucho éxito a la hora de la conquista. En 1971 grabó lo que se convirtió en su primer suceso: "Me gusta, me gusta".

Cacho no solo destacó por su voz; también fue un prolífico compositor. Temas como "Si te agarro con otro te mato"; "La vuelta del matador"; "Quieren matar al ladrón"; "Mi viejo, el italiano"; "La reina de la bailanta" pusieron su nombre en los primeras planas de todas las revistas, en los años 70. En la década siguiente se abrió paso con "Septiembre del 88", "Ojalá que no puedas", "Garganta con arena" -en homenaje al Polaco Goyeneche- "Soy un tango así" y "Más atorrante que nunca". Pero sin dudas, sus joyas más preciadas son "Café la Humedad" y "Cacho de Buenos Aires".

En el plano amoroso Cacho fue tan prolífico como a la hora de componer. En su currículum vitae incluye a figuras del espectáculo como Mónica Gonzága, Silvia Peyrou (que le hizo creer que tenía un hijo suyo, aunque la Justicia determinó que no era así), Selva Mayo y hasta una historia con Susana Giménez, que incluyó una huida de Castaña en el baúl de un Peugeot 504 para evitar ser alcanzado por Carlos Monzón, por entonces en pareja con la diva. En sus últimos años estuvo más tranquilo. Se casó son Marina Rosenthal en 2012, a los 70 años.

Además de su legado musical, Cacho incursionó en el cine, participando en películas que marcaron época y mostrando su versatilidad como artista. "El cabo Tijereta"; "Los éxitos del amor"; "La carpa del amor"; "La playa del amor" y "La discoteca del amor". También se lo pudo ver en la piel de un policía corrupto en "Felicidades".

Cacho Castaña fue el último gran atorrante de Buenos Aires, un término cariñoso para describir a aquellos personajes entrañables y pícaros de la ciudad. Su sentido del humor, su bohemia y su culto por la amistad lo convirtieron en un personaje atípico, espectacular e inolvidable. En "Cacho de Buenos Aires" decía que su sueño escondido era "cantar igual que Gardel" y aunque su tono de voz era muy diferente al del morocho del Abasto, a su manera, Cacho Castaña fue Gardel. Afectado por el cigarrillo y otros vicios, murió el 15 de octubre de 2019. Tenía 77 años.