Sexo y erotismo
Nueva era

Sexo a la carta: dúos, tercetos y cuartetos, ¿se puede elegir como si fuera un menú?

Pronto las escenas se enredan y los sabores de los platos se confunden. Se elige sexo, claro, libre y despojado.

¿Cómo puede surgir en una pareja el interés de incluir a otros en el vínculo amoroso o sexual? ¿Qué aportan estos otros a la pareja? ¿Qué función cumplen?

Texto elaborado en co-autoría por Agustina Fernández, miembro titular didacta de la APA y full member de la IPA, directora del Centro de Estudios Psicoanalíticos José Blegerde la APA, y por Javiera Marqués Rosas, analista de la APA, coordinadora del Freud 's Bar y miembro del CEP José Bleger de la APA.

Promovido en parte por las apps de citas y las redes sociales, pero claramente no sólo por ellas, el sujeto contemporáneo, guiado por cierta lógica consumista y persiguiendo ideales de libertad –y liberación- sexual, se agarra fuerte de la ilusión: se puede elegir el sexo de un menú de opciones como se eligen los platos en un restaurante.

Pronto las escenas se enredan y los sabores de los platos se confunden. Se elige sexo, claro, libre y despojado. Ese sexo es con un partener, cuestión inevitable si se busca elegir entre opciones, serian opciones de parteners.

La cosa no siempre logra quedar ahí ¿se confunde un partener con una pareja? En la cuestión de la pareja, hace su aparición el amor. Como psicoanalistas sabemos que desde su nacimiento el infans pequeño necesita de un otro para sobrevivir. El otro lo alimenta, lo abriga, lo cuida con amor. Desde entonces, el cuerpo erógeno, la sexualidad, llevan la marca indeleble del amor.

La pregunta que hoy nos convoca es ¿qué de nuevo y qué de viejo hay en estos asuntos? ¿Es el sexo a la carta tan antiguo como la historia de la humanidad?

A primera vista, parece que la actualidad presenta algo distinto, que algo ha cambiado en las posibilidades de elegir los parteners eróticos, los contratos que se establecen con las parejas y el modo en el que se vive la sexualidad. ¿Es así? Vale la pena revisarlo. ¿Acaso no existieron en todos los tiempos relaciones abiertas, parejas swingers, las triejas, el poliamor, entre tantos otros formatos?

Sabemos que cada cultura produjo sus propias figuras del amor, tanto del sexo como del placer erótico. Los tradicionales mandatos culturales arraigados en la sociedad occidental, como el casamiento, la monogamia, la heterosexualidad normativa, no lograron poner coto a las fantasías y a los muy diversos modos en que los sujetos viven las relaciones amorosas y las sexuales.

Desde esta perspectiva, todo señala que la moral social cultural se movió en dirección a un avance civilizatorio, en el cual, la libertad sexual alcanza al fin su esplendor y cada quien atiende su juego del modo que elige.

Sin embargo, a poco de andar, los psicoanalistas volvemos a escuchar el malestar en nuestros pacientes y las denuncias que hacen sobre la trampa en la que fácilmente caen. Ya Sigmund Freud nos advertía del malestar existente en la cultura por la renuncia a la sexualidad que ésta exige.

Las relaciones sexuales no siempre se acompañan con un vínculo afectivo, se puede ir en la busqueda de “sólo sexo”. La cuestión es que surge una diferencia entre lo buscado y lo encontrado, allí se abre un gap de desilusión. Cuando la pareja está armada en base a un lazo amoroso, mayormente exige exclusividad. ¿Sería un exclusividad de las relaciones sexuales?

Hoy los nuevos contratos de las parejas abren un menú a la carta con múltiples opciones, en donde se diseñan gustos y sabores para cada quien y se habilitan otros parteners sexuales ¿complementarios? Aún cuando cada pareja enuncia y consensúa detalladamente lo permitido y lo prohibido, ¿Se resuelve con ese acuerdo los conflictos de exclusión y los celos? ¿Se requiere cada vez una nueva norma para regular lo amoroso que se ve amenazado? Y finalmente, ¿Se alcanza esa codiciada libertad plena con un montón de normas? Una libertad, que lejos de ser libre albedrío, se formula repleta de acuerdos y pautas a seguir.

Abrimos algunas preguntas ¿Cómo puede surgir en una pareja el interés de incluir a otros en el vínculo amoroso o sexual? ¿Qué aportan estos otros a la pareja? ¿Qué función cumplen?

Desde el Centro de Estudios Psicoanalítico José Bleger de la Asociación Psicoanalítica Argentina elegimos como título para nuestro Freud’s Bar “Sexo a la carta. Dúos, tercetos y cuartetos” porque consideramos que hace parte del cotidiano de la vida contemporánea, merece ser pensado desde una perspectiva psicoanalítica en un diálogo abierto y coloquial.

Cómo participar de Freud’s Bar “Sexo a la carta. Dúos, tercetos y cuartetos”

Este 7 de Junio a las 18 horas en Café Le Noire, Bonpland 1173, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. (CABA), Argentina.

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