Sin embargo, en las últimas horas, Macri lanzó a Néstor Grindetti para la provincia para complicar a Javier Milei pero provocó la tensión con Cristian Ritondo y Diego Santilli, que mantienen un pacto de cogobernabilidad en el partido y una alianza para caminar el territorio más grande del país.

Por estas horas, Macri enfrenta cortocircuitos tanto con Patricia Bullrich como con dirigentes históricos que lo acusan de priorizar a sus amigos antes del armado territorial. Ante eso, el líder Pro busca atomizar su armado político y busca leales en cada uno de los espacios donde el Pro expandió su brazo.

Sin embargo, la discusión de fondo es el poder residual que puede cosechar el Pro y la posición que tomará el partido de cara a la discusión con Javier Milei y una alianza entre el partido amarillo y La Libertad Avanza.

El primero en destapar la olla fue Emilio Monzó. El chacabuquense advirtió que con la llegada de Macri al Pro “va a hacer que, invariablemente, se diferencie del gobierno rápidamente. Si la personalidad, el carácter y el temperamento siguen siendo del presidente que tenemos hasta este momento, eso va a terminar en una ruptura”.

Macri se rehúsa a sellar un pacto con el líder de La Libertad Avanza y prefiere marcarle la cancha desde afuera. En el entorno del expresidente creen que una convergencia con los libertarios generaría una licuación de su armado y no podrán sostener independencia en las definiciones.

“Es muy difícil articular con Milei. Es muy inestable en sus emociones y lo que definen los dirigentes que mandan, no termina siendo lubricado por Milei ni la hermana”, dicen en las filas Pro.

Por su parte, cerca de Ritondo están que trinan y reprochan la traición que viven por estas horas. Incluso, el exministro de seguridad ostenta que mantiene una alianza con el exlarretista, Diego Santilli.

“Santilli es el dirigente con mejor imagen del Pro en toda la provincia. Incluso mejor que Macri”, dicen en las filas amarillas.