Editorial
Mucho circo, cero gestión

Basta de show

Javier Milei se hace el rock star mientras canta sobre la montaña de alimentos que tiene bajo llave. (Dibujo: NOVA)

"Si la gente no llegara a fin de mes, ya se hubiera muerto”. Esa fue la despectiva respuesta del presidente Javier Milei a un ciudadano -vocero de tantos- quien a la salida de la 81° Exposición Angus realizada en La Rural, le reclamó que no llega a fin de mes, dada la sistemática política del Gobierno de dejar los salarios atrasados en un contexto inflacionario que se empeñan en negar.

Un desprecio similar al pronunciado en 2012 por la expresidenta a la que tanto critica, Cristina Kirchner, cuando en cadena nacional tildó de “abuelito amarrete” a un abogado porque quería comprar 10 dólares para regalárselos a sus nietos y no podía debido al cepo cambiario.

El jefe de Estado que incursionó en el poder tras un anonimato de larga data en el mundo político, se autopercibe prócer argentino y líder mundial al que hay que rendirle alabanzas para evitar que se enoje e intensifique medidas en contra de quienes osan contradecirlo.

Afortunadamente, cada vez son más las voces que, desde distintos ámbitos, intentan bajarle los humos y lo invitan a poner los pies en la tierra.

Porque no solo le resbalan el hambre, la miseria, la pobreza salarial, la educación, la salud y los ancianos, sino que se empeña en enaltecer una gestión inexistente, estéril, que solo sirve para seguir ocultando una realidad que aflora por sí misma cada mañana en la que cada argentino decide levantarse para seguir peleando por su dignidad. Un esfuerzo que no està dispuesto a ver, pero que este fin de semana le han enrostrado frente a multitudes en un contundente discurso que se replicó en todos los medios de comunicación.

Este épico momento quedó plasmado durante el Tedeum realizado en la Catedral Metropolitana, cuando el arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires y primado de la Argentina, monseñor Jorge García Cuerva, cacheteó varias veces, con certeras palabras, a Milei y a los miembros de su gabinete, instando a “cada uno, y todos a la vez, desde la responsabilidad que tenemos en la comunidad, podamos dejarnos mirar por Dios, dejándonos cuestionar por la conciencia, y nos preguntemos: en estos tiempos tan difíciles: ¿qué estoy haciendo por los más pobres?”. Porque “fácilmente nos sale reclamar a otros que se comprometan, pero yo ¿qué hago?, ¿podremos mirarnos y responder esa pregunta sin echar culpas como adolescentes, sino desde la responsabilidad de hacernos cargo, incluso si es necesario, realizando una autocrítica madura que tanto necesita escuchar alguna vez nuestro pueblo?”.

Y prosiguió: “Nuestra gente está haciendo un esfuerzo muy grande, no podemos nosotros hacernos los tontos. Hay que acompañar con hechos, y no solo con palabras, ese enorme esfuerzo; por eso siguen doliendo algunas acciones de la dirigencia divorciadas de la ciudadanía de a pie, como los tan comentados autoaumentos de sueldos de hace algunas semanas”.

Asimismo, Cuerva exigió "tomarnos en serio las parálisis de nuestro pueblo” porque “su postergación, en nombre de un futuro prometedor, generaría consecuencias nefastas por irreversibles en la vida de las personas y por lo tanto de toda la sociedad”.

La misma semana que el rostro del presidente libertario ilustró la tapa de la revista Time, hecho que quisieron mostrar como hazaña cuando en realidad la nota lo destroza, periodistas de El Destape descubrieron que en medio de la emergencia alimentaria que sufren millones de argentinos, el Gobierno tiene guardados y retenidos 5 millones de kilos de alimentos, más de 3 mil colchones, cantidad de repelentes y 90 mil guardapolvos.

A esta altura, es inevitable preguntarse qué es lo que sostiene a este desastroso gobierno, que carece de logros económicos y de gestión política, que quiso imponer a toda costa un paquete de medidas que le frenó categóricamente el Congreso. Ante los malos resultados de una administración que se la pasa exponiendo mentiras disfrazadas de promesas, lo único que les queda es maximizar el show.

No solo la casta no pagó un solo plato roto, sino que además, los libertarios la tienen adentro de su propio gabinete (Daniel Scioli, Luis Caputo, Patricia Bullrich, Federico Sturzenegger, Luis Petri, por citar algunos ejemplos).

A medida que se profundiza la crisis, la “sarasa” levanta cada vez más la voz. “Estamos trabajando fuertemente para eliminar el cepo. Cuando terminemos de desactivar todas las bombas que nos dejaron los kirchneristas, va a haber tipo de cambio libre", señaló Milei. El mismo que aseguró en campaña que antes de subir un impuesto se cortaría un brazo, pero al asumir se desquitó contra la clase media -a la que castiga sin descanso- reinstaurando Ganancias y subiendo los montos del monotributo. También el que anticipó que cerraría el Banco Central y dolarizaría la economía...

El desgastado e itinerante megaproyecto de Ley Ómnibus que aspira a encarrilar tras un Pacto de Mayo que quedó trunco, solo le ha servido al Presidente para dejar en evidencia la falta de destreza política, la torpeza y el autoritarismo de un gobierno que menosprecia los mecanismos democráticos, y que ahora necesita del aval de ese “nido de ratas” que tanto detesta para poner en marcha el engranaje de su plan de aniquilamiento de los derechos del pueblo trabajador.

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