En primer lugar, identificar la problemática y actuar. En lugar de ocultar el mal aliento es crucial tomar conciencia de que existe, identificar su causa y tratarlo. En este sentido, se vuelve fundamental adoptar una higiene bucal completa que incluya: cepillado, hilo dental y enjuague bucal que se adapte a las necesidades específicas de cada persona. El uso del enjuague después de cada comida ayuda a reducir la placa bacteriana y la gingivitis, que son causantes del mal aliento.

La alimentación también es un factor clave. Es conveniente evitar comidas muy condimentadas o de sabores fuertes. Las comidas altas en grasa tampoco son recomendables y es importante beber al menos 2 litros de agua al día.

Rutina de higiene bucodental completa

-Cepillado: Es el primer paso a la hora de crear una rutina de higiene oral. Lo óptimo es hacerlo tres veces al día utilizando un cepillo de cerdas suaves y cubrir con el cepillado las superficies interiores, exteriores y superiores.

-Hilo dental: Incluir este paso en el día a día es clave para conseguir una limpieza interdental óptima. La seda dental consigue llegar a los espacios más pequeños que hay entre los dientes, donde se acumula la placa y las bacterias y donde un cepillado normal no llega.

-Enjuague bucal: El uso del enjuague bucal dos veces al día ayuda a mantener sanos los dientes y las encías, incluso en los rincones más inaccesibles. Además de aportar un aliento fresco, ayuda a prevenir enfermedades y a eliminar la placa.