Sin novedades en el frente: tras ser reelecto, Putin comenzará un nuevo mandato en Rusia
Vladimir Putin comenzará el próximo 11 de mayo un nuevo mandato como presidente en funciones de Rusia, cargo que ocupa desde finales del año 1999, por lo que dentro de pocos meses cumplirá un cuarto de siglo ejerciendo como máxima autoridad política de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviética.
El nuevo período de seis años de Putin al frente de la nación comenzará dos días después de la conmemoración del “Día de la Victoria”, que se celebra el 9 de mayo, en conmemoración de toma de Berlín por parte del Ejercito Rojo en la Segunda Guerra Mundial, lo cual representa un hecho histórico para la identidad moderna de Rusia y cobra un contexto particularmente relevante en el marco del conflicto armado con Ucrania.
Vladimir Putin gana las elecciones de Rusia con un 87,5 por ciento de apoyo https://t.co/dwtzQeu8fl
— Cuatro (@cuatro) March 18, 2024
La permanencia de Putin en el poder se ha visto consolidada por medio de una conducción férrea que no ha puesto reparos a la hora de reprimir disidencias y coartar libertades: aplastó a la oposición política, expulsó a los periodistas con aspiraciones de independencia y fomentó una creciente devoción “valores tradicionales” que discriminan a sectores de la población como la comunidad LGBT.
El poder de Putin es total, al punto de que nadie pudo levantar la voz ante el inicio de la invasión a Ucrania, que implicó que el país se aislara de la comunidad internacional y recibiera duras sanciones económicas, sin contar el precio de sangre que pagan los soldados rusos caídos en el frente y las pérdidas materiales generadas por el conflicto.
En el marco de la guerra de Ucrania, surge la pregunta sobre lo que le depara al país con un nuevo mandato de Putin. “La guerra en Ucrania es crucial para su proyecto político actual, y no veo nada que sugiera que eso vaya a cambiar. Y eso afecta a todo lo demás”, dijo Brian Taylor, profesor de la Universidad de Syracuse y autor “The Code of Putinism”, en una entrevista con The Associated Press.
“Afecta a quién está en esos puestos, afecta a qué recursos hay disponibles y afecta a la economía, afecta al nivel de represión a nivel interno”, dijo
En su mensaje sobre el estado de la nación en febrero, Putin prometió alcanzar los objetivos de Moscú en Ucrania y hacer todo lo necesario para “defender nuestra soberanía y la seguridad de nuestros ciudadanos”. Afirmó que el ejército ruso ha “ganado una enorme experiencia de combate” y “mantiene con firmeza la iniciativa y emprende ofensivas en una serie de lugares”.
Taylor sugirió que esos proyectos se incluyeron en el discurso por las apariencias más que para indicar una intención real de llevarlos a cabo. Putin “se ve en los grandes términos históricos de las tierras rusas, devolviendo a Ucrania a donde pertenece, esa clase de ideas. Y creo que eso supera a cualquier programa de tipo más socioeconómico”, dijo Taylor.
¿Más guerras?
Los países europeos temen que, si la guerra termina con algo que no llegue a una derrota total para ninguno de los bandos, como que Rusia conserve algo del territorio que ya ha capturado, Putin pueda verse animado para hacer más incursiones militares en el Báltico o en Polonia.
“Es posible que Putin tenga grandes ambiciones y trate de continuar un costoso éxito en Ucrania con un nuevo ataque en otro lugar”, indicó el profesor de relaciones internacionales de Harvard Stephen Walt en la revista Foreign Policy. “Pero también es perfectamente posible que sus ambiciones no vayan más allá de lo que ha ganado Rusia, a un enorme coste, y que no tenga necesidad ni deseo de arriesgarse por más”.
Sin embargo, indicó Walt, “Rusia no estará en condicione s de lanzar nuevas guerras de agresión cuando por fin termine la guerra en Ucrania”. Esa preocupación racional podría no imponerse, señalaron otros. Maksim Samorukov, del Centro Carnegie para Rusia y Eurasia, dijo que “dados los caprichos y delirios de Putin, es probable que Moscú cometa pifias contraproducentes”.
En un comentario en Foreign Affairs, Samorukov sugirió que la edad de Putin podría afectar a su juicio. “A los 71 años (…) ser consciente de su propia mortalidad sin duda afecta a su toma de decisiones. Una creciente sensación de que tiene un tiempo limitado contribuyó sin duda a su fatídica decisión de invadir Ucrania”, afirmó.
En general, Putin podría iniciar su nuevo mandato con un asidero sobre el poder más débil de lo que parece.
“Las vulnerabilidades (de Rusia) están escondidas a simple vista. Ahora más que nunca, el Kremlin toma decisiones de una manera personalista y arbitraria que carece de los controles más básicos”, añadió Samorukov.
La relación con Occidente
Es seguro que Putin continuará su hostilidad hacia Occidente, que según dijo en su discurso sobre el estado de la nación “querría hacer a Rusia lo mismo que hizo en muchas otras regiones del mundo, incluida Ucrania: llevar la discordia a nuestro hogar, debilitarlo desde dentro”.
La resistencia de Putin ante Occidente se manifiesta no sólo como indignación por su apoyo a Ucrania, sino en lo que considera un socavamiento de la fuerza moral rusa.
Rusia prohibió el año pasado el denominado “movimiento” LGBTQ+, al que tachó de extremista, en lo que las autoridades describieron como una lucha por los valores tradicionales, como los que defiende la Iglesia ortodoxa rusa ante la influencia occidental. Las cortes también vetaron la transición de género.
“Yo esperaría que el papel de la Iglesia ortodoxa rusa siga siendo bastante visible”, dijo Taylor. También menciono al estallido de indignación en redes sociales tras una fiesta ofrecida por la presentadora de televisión Anastasia Ivleeva, en la que se pidió a los invitados que acudieran “casi desnudos”. “Otros actores en el sistema comprenden que esas cosas gustan a Putin (…) Había gente interesada en aprovechar cosas como esa”, dijo.