El 10 de mayo de 1895 se realizó el segundo Censo Nacional de población

Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA
En 1895 nuestro país contaba con 4.044.911 habitantes. En los centros urbanos vivían 1.690.966, mientras que 2.263.945 lo hacían en el ámbito rural. Los habitantes de nacionalidad argentina sumaban 2.950.384 personas y los extranjeros eran 1.004.527, es decir, un tercio de la población.
Los números de 1895 reflejaron un notable crecimiento de los números si se los compara con el primer censo de 1869. Al promediar el primer año de gobierno de Domingo Faustino Sarmiento vivían en el país 1.877.490 personas, de las cuales el 8 por ciento eran europeos. Un dato de relevancia es que el 77 por ciento de los habitantes era analfabeto.
La importancia de tener un diagnóstico
La radiografía de 1869 fue un baño de realidad. El país estaba postrado y necesitaba un gobierno con decisión y firmeza para salir del atolladero. Domingo Faustino Sarmiento y su gabinete estuvieron a la altura de las circunstancias.
El inquietante dato del analfabetismo sirvió para dar impulso a la educación. Durante el período 1869-1874 se fundaron 800 escuelas y la matrícula de alumnos se cuadruplicó en todo el país Entre las inauguraciones de establecimientos educativos se destacan la Escuela Normal de Paraná y los colegios nacionales de La Rioja, Santa Fe, San Luis y el Colegio Militar de la Nación.
En lo económico se adoptó un modelo liberal cuyos frutos se vieron tres décadas después. Según Maddison Historical Statistics en 1895 y 1896 Argentina era el país más rico, con el PBI per cápita más alto del mundo. Detrás se ubicaron Estados Unidos, Bélgica, Australia, Reino Unido y Nueva Zelanda”.
¿Cómo era la Argentina de 1895?
Gobernaba la Generación del 80, cuyos principales exponentes eran Julio Argentino Roca, Carlos Pellegrini y Roque Sáenz Peña. La historiografía llamó así al reducido grupo de hombres que tomó el timón del país desde el fin del gobierno de Nicolás Avellaneda y lo mantuvo hasta 1916 -momento clave en la historia argentina- por la llegada de un caudillo populista a la Casa Rosada.
Durante ese periodo la Argentina se caracterizó por tener un tinte conservador en lo político, liberal en lo económico y por su política migratoria de fronteras abiertas. El país de entonces se dedicó a la producción de cereales y carnes destinadas al intercambio comercial con Gran Bretaña. Por su gran capacidad de producción la Argentina pasó a ser conocida como el Granero del Mundo.
Pero no todo era positivo. La Generación del 80 había pergeñado un sistema electoral que consistía en retener el poder mediante el fraude, constituyendo lo que María José Billorou, Ana María Rodríguez y Laura Sánchez denominaron Oligarquía roquista. La participación de la ciudadanía en las elecciones no existía.
La política migratoria del gobierno argentino abrió las puertas del país a exiliados europeos que junto con sus costumbres, su idioma y su gastronomía, trajeron sus conflictos, sus ideas políticas y su espíritu de lucha. De a poco se fueron organizando los primeros sindicatos, las sociedades de socorros mutuos y cobró fuerza el anarquismo, que tuvo a mal traer a la élite gobernante desde fines del siglo XIX.