El columnista invitado
Análisis político

El régimen abre frentes externos pero no puede con la recesión

El periodista Gustavo Zandonadi. (Foto: NOVA)

Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA

En su libro "Los mitos de la historia argentina 3", Felipe Pigna da cuenta de un incidente entre Argentina y Alemania en el contexto de la Primera Guerra Mundial: "El 4 de abril de 1917 un submarino alemán, violando el principio de neutralidad, hundió el buque mercante argentino Monte Protegido. Inmediatamente el gobierno de Yrigoyen le exigió explicaciones al gobierno alemán en estos términos: ´El hundimiento del Monte Protegido (…) constituye una ofensa a la soberanía argentina que pone al gobierno de la República en el caso de formular la justa protesta y la reclamación de las explicaciones consiguientes. (…) El gobierno argentino espera que el gobierno imperial alemán, reconociendo el derecho que asiste a la República, le dará las satisfacciones debidas, desagraviando el pabellón, y acordará la reparación del daño material´".

El historiador incluye en su obra la respuesta del Estado agresor: "El gobierno alemán contestó el 28 de abril: ´El gobierno imperial, deseoso de demostrar el espíritu amistoso de que está animado, se apresura a asegurar al gobierno argentino que está dispuesto a dar la reparación por el daño causado, y expresa al mismo tiempo, sus sinceros sentimientos de pesar por la pérdida del buque argentino´”. El hecho no quedó ahí. Apenas tres meses después otra embarcación argentina fue hundida por otro submarino germano, hecho que motivó una airada protesta del gobierno argentino.

Recién en 1921 Alemania indemnizó a la Argentina por las pérdidas y realizó un desagravio a la bandera creada por Manuel Belgrano. Parecía que era un tema concluido, pero había un poco más. Se supo que el embajador alemán en Buenos Aires, Karl von Luxburg, en privado hablaba muy mal del canciller argentino Honorio Pueyrredón: “He sabido de fuente segura que el ministro interino de Relaciones Exteriores, que es un notorio asno y anglófilo". El diplomático aconsejaba a su gobierno a los barcos argentinos, pese a la ruptura de relaciones que impulsaba el jefe del Palacio San Martín.

El presidente Hipólito Yrigoyen tomó la situación con calma y aseguró que “no llevaría al país a los horrores de una guerra sólo porque Luxburg lo hubiera insultado a Pueyrredón y a él" -el teuton había calificado al presidente argentino como "rufián"-. El "Peludo" devolvió al embajador sus credenciales y le exigió al gobierno alemán que aclare si convalidaba o no el desempeño de su embajador. La Prensa alemana tomó partido por la posición argentina y el gobierno imperial no tuvo más opción que presentar un enérgico pedido de disculpas.

La historia nos ofrece la experiencia de Yrigoyen y Pueyrredón para contrastarla con la pésima gestión del tándem Milei-Mondino. El libertario no se habla con Lula da Silva, sube la tensión con Nicolás Maduro por la acogida a seis opositores en la embajada argentina en Caracas, y en las últimas horas se refirió en duros términos a sus homólogos Gustavo Petro, de Colombia, y Andrés Manuel López Obrador, de México. Lo hizo en el marco de una entrevista que concedió al periodista Andrés Oppenheimer, para su programa de la CNN en español.

El presidente argentino -que ya había llamado a Petro "comunista asesino"- está vez dijo que "era un asesino terrorista" y estimó que "es una plaga letal para los propios colombianos". La respuesta no se hizo esperar. En un duro comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia remarcó: "Las palabras del Presidente Milei representan, de nuevo, una ofensa para la dignidad del Presidente y del pueblo de Colombia que lo eligió de manera legítima y democrática". Por su parte, Petro retiró su embajador en Buenos Aires y expulsó a los diplomáticos argentinos en Bogotá.

El principio de no intervención es una doctrina del Derecho Internacional Público que impone a los Estados nacionales la obligación de no entrometerse en asuntos internos de otros. Sería de provecho que alguien se encargue de asesorar al presidente al respecto. La canciller Diana Mondino no puede hacerlo porque tiene otras prioridades, como guardar silencio ante la ampliación de la zona de prohibición de pesca alrededor de las islas Malvinas y decir que a los jubilados no hay que darles nada porque se van a morir,

Luego, Javier Milei se ocupó del presidente mexicano: "Que un ignorante como López Obrador hable mal de mí me enaltece". Para fundamentar su respuesta, agregó: "El populismo que ellos tanto ponderan a los argentinos les costó 80 por ciento de sus ingresos y ha llevado la cantidad de pobres a más del 50 por ciento. Argentina tiene más del 10 por ciento de indigencia, siendo un país que produce alimentos para 400 millones de seres humanos. Hay cinco millones de argentinos a los que no les alcanza para comer".

En hora buena, Milei parece darse cuenta que hay gente que no tiene para comer. Ahora falta que advierta el estropicio causado por las medidas económicas que tomó en sus primeros cien días de gobierno. La recesión no amaina y para muestra de la gravedad, bastan algunos botones: la Toyota ofrece retiros voluntarios, Longvie suspende personal hasta mediados de abril y Acindar suspende a 1.700 empleados. Por si fuera poco, se conoció un dato durísimo: una familia tipo en el AMBA gasta más de 75.000 pesos por mes en energía eléctrica, gas natural, agua potable y transporte. Cabe destacar que dicha canasta sufrió un aumento de 176 por ciento en estos rubros, en apenas tres meses. Todo en nombre de la libertad...

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