Una reunión poco concurrida, pero decisiva

En la edición del 2 de agosto de 1893 del diario La Prensa se convocó "a los presidentes de todas las secciones obreras a concurrir a la conferencia que se celebrará hoy a las 7.30 PM en el Café Francés, calle Esmeralda 318, para cambiar impresiones sobre la formación de una Federación y la creación de un periódico que defienda los intereses de la clase trabajadora". En dicha reunión se decidió la fundación de la publicación que se transformó en una importante tribuna para la izquierda argentina. El detalle es que los únicos que fueron al cónclave son quienes dieron vida a La Vanguardia. Nadie más asistió.

La primer editorial, firmada por Juan B. Justo, fue la declaración de principios del diario: “Venimos a representar en la prensa al proletariado inteligente y sensato. Venimos a promover todas las reformas tendientes a mejorar la situación de la clase trabajadora”. También sirvió para fijar la agenda de trabajo: “Venimos a difundir las doctrinas económicas creadas por Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx”.

En 1905 ganó La Vanguardia ganó la calle diariamente, reafirmando en cada edición su perfil marcadamente opositor al régimen oligárquico gobernante. Para entonces Alfredo Palacios, ya había sido elegido primer diputado socialista de América (1904). Desde un año antes de la elección de Palacios los socialistas dirigían la Unión General de los Trabajadores (UGT).

De atentados y divisiones

Las cosas no fueron nada fáciles para un diario izquierdista en la Argentina del Centenario. En ese país socialmente injusto que algunos historiadores reivindican como potencia mundial, La Vanguardia denunciaba las penosas condiciones de vida de la clase trabajadora. Por esa razón en 1910 la redacción de La Vanguardia fue atacada por vándalos no identificados.

Con un compromiso inquebrantable con los obreros, La Vanguardia fue más que un simple medio de comunicación; fue un instrumento de educación y cambio. A lo largo de los años, el diario se adaptó a los tiempos, pero conservó su esencia revolucionaria. Sus páginas pretéritas son una invaluable fuente para los historiadores y para los estudiosos de las ideas socialistas.

Entre 1958 y 2002 el socialismo estuvo fragmentado, por lo cual hubo distintas versiones de La Vanguardia. La Vanguardia Popular fue la publicación del Partido Socialista Popular. Por su parte el Partido Socialista Democrático tenía la suya. En la actualidad el diario fundado por los únicos cinco asistentes a la reunión del Café Francés sigue siendo una usina del pensamiento progresista.