Sexo con robots: cómo la inteligencia artificial será capaz de "leer" nuestra excitación

Expertos nos dan las claves para comprender el “match” entre el mundo sexual y la inteligencia artificial y sus límites éticos.
El informe The Future of Sex Report, puesto en marcha Ian Pearson, asegura que en 2030, la mayoría de personas practicarán algún tipo de sexo virtual, y cinco años después, la mayoría tendrá juguetes sexuales que emplearán de la mano del sexo virtual. Quizás el dato más sorprendente es que Pearson asegura que en 2050, el sexo entre personas y robots podría superar al de los humanos. “El sexo virtual con inteligencia artificial o robots competirá con el sexo humano, aunque quien busque un sexbot que parezca humano, tendrá que pagar un precio alto”, explica. “Puedes emplear tu inteligencia artificial favorita con cualquier robot, algo que puede resultar muy placentero para aquellas personas que quieran vivir sus fantasías sin las ataduras, emociones y compromisos que tienen las relaciones reales”, indica al hablar de la robotsexualidad.
¿Reemplazará el sexo con robots al sexo entre humanos? La 'digisexualidad' va en aumento y según los expertos para 2050 será muy normal casarte con tu robot. Conoce a los 'digisexuales' y su deseo erótico por las máquinas pic.twitter.com/KjyVyJ8rPH
— RT en Español (@ActualidadRT) December 1, 2019
Mientras que en la película Her (2013) Spike Jones narraba el idilio entre un hombre y una asistente personal virtual, diez años antes, Demolition Man contaba con una icónica escena en la que el personaje al que da vida Sylvester Stallone tiene sexo virtual con Sandra Bullock. La película, cuyo argumento tiene lugar en 2032, habla de una sociedad en la que el sexo físico es motivo de repulsión. Teniendo en cuenta los últimos análisis sobre el mercado sextech, el largometraje de Marco Brambilla acertó a la hora de explorar el potencial de este tipo de tecnología. De hecho, según el informe sobre tendencias sexuales 2024, llevado a cabo por la marca de juguetes sexuales Lovehoney este año, la personalización sexual por medio de la IA será clave, pues sus algoritmos pueden utilizarse y se utilizarán para crear experiencias personalizadas que se adapten a las preferencias individuales.
“La IA tiene un gran potencial de personalización. Nos permite interpretar datos y elaborar respuestas individuales basadas en información sensorial, como la temperatura corporal y el pulso, para adaptarlas a las necesidades del usuario. Por ejemplo, los futuros juguetes sexuales podrían reconocer si estás teniendo un orgasmo y, a partir de tu comportamiento, saber si deben aumentar o disminuir la intensidad”, explica Fabian Schmolck, AI Solution Manager en Lovehoney Group y Womanizer. “Actualmente, estamos trabajando en varios proyectos para mejorar la vida sexual de las personas. Por ejemplo, estamos explorando formas de utilizar la IA para recomendaciones personalizadas de productos, placer individualizado y chatbots educativos para hablar de sexualidad, todo lo cual ayuda a capacitar a las personas para explorar y entenderse a sí mismas de nuevas maneras”, indica el experto en tecnologías emergentes. ”Tenemos que hablar de que la sexualidad de cada persona es diferente, y esto lleva a preguntas y necesidades particulares en cuanto a la educación sexual, recomendaciones de productos o historias sexuales. Con la investigación que hacemos y hemos hecho, con la que explorar el bienestar sexual”, matiza.
Lucía Jiménez, psicóloga y sexóloga especializada en terapia sexual y de pareja de la sex shop Diversual, no quiere dejar de señalar que la inteligencia artificial puede utilizarse también como una herramienta para tratar problemas sexuales y ganar confianza. “Puede servir para mejorar la inteligencia erótica, que es la capacidad de moverse con fluidez en el plano sexual con una misma y las demás, y para aumentar el deseo. También se puede aplicar a los vibradores, haciendo que la información que recabe le sirva para saber cuándo tu excitación está subiendo y de este modo, cambiar la intensidad de la vibración o succión. O incluso como apoyo en terapia sexual para poder entrenar a la persona en la interacción sexual, con la seguridad de que no sea una persona real y así, no exponer al rechazo”.