Reconocido por sus regates y su manera espontánea de jugar al fútbol. Yannick Bolasie se hizo famoso en el Crystal Palace no tanto por su nivel, sino más bien por su forma de jugar cuando un rival se le ponía delante para defenderle. Más parecido a un ‘freestyler’ que un jugador profesional, el internacional congoleño, que nació en Francia - Lyon -, llegó a ser muy reconocido dentro del fútbol inglés.
Su estilo parecía ir dirigido al público. Para hacer disfrutar a los aficionados que podían estar en el estadio viendo a su equipo, y hacer sufrir a los que tuvieran que aguantarle siendo rivales. Su punto de imprevisibilidad es algo que le hizo ganar un estatus que le permitió llegar al Everton (club más grande por el que ha pasado), aunque tan rápido se hizo famoso por sus vídeos acabó enlazando equipos sin encontrar un sitio fijo.
Encontrándose en la veteranía de su carrera, Bolasie ha buscado un próximo destino para continuar al fútbol que le nutra en algo. Brasil se ha convertido en el país en el que jugará el africano a lo largo de 2024. Exactamente en Criciúma, equipo que milita en la Serie A este año después de ascender el curso pasado.
Con 34 años llegará a un lugar en el que el fútbol que ha desarrollado en su carrera tendrá una mayor semejanza a la cultura futbolística del país. Pese a que como es lógico las cualidades del extremo no son las mismas que hace años, o su velocidad, cambiar la fría Gales (se encontraba en el Swansea esta temporada) por Brasil también supondrá un aspecto a tener en cuenta para él.
Este fichaje exótico se une a otros que se han hecho dentro de Brasil últimamente: Islam Slimani (Coritiba), Hugo Mallo (Internacional), Dimitri Payet (Vasco da Gama), Jesé (Coritiba) o Andreas Samaris (Coritiba).
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