El príncipe Harry ha dado un paso significativo al declarar oficialmente Estados Unidos como su nuevo país de residencia, según documentos presentados ante el Registro Mercantil. Esta decisión se produce en medio de su compromiso con la empresa de turismo sostenible Travalyst, que fundó en 2019. Durante una aparición en la reunión anual de la compañía, Harry destacó la importancia de apoyar a las comunidades locales en los destinos turísticos.
Este cambio marca una transición importante para Harry, quien junto a su esposa, Meghan Markle, dejó el Reino Unido en 2020. Desde entonces, han vivido en California, rompiendo lazos con la familia real británica debido a la presión mediática y las tensiones con el palacio de Buckingham.
#Show | El príncipe Harry dejó claro que no tiene planes de regresar al Reino Unido y ya consta en documentos oficiales que tiene su residencia permanente en Estados Unidos https://t.co/mtQ3HloKJY
— LA PRENSA de Lara (@laprensalara) April 18, 2024
La mudanza de Harry coincide con su salida de Frogmore Cottage, una residencia real en la finca de Windsor que ocuparon temporalmente. Esta decisión se produjo tras una serie de desafíos y conflictos con la familia real, lo que llevó a Harry a buscar seguridad y estabilidad para su familia en Estados Unidos.
Sin embargo, la decisión de Harry de establecerse en Estados Unidos también ha generado controversia. Recientemente, la Heritage Foundation, un think tank conservador, solicitó acceso a los registros de visado de Harry, alegando que podría haber mentido sobre su historial de consumo de drogas para obtener el visado estadounidense. Aunque admitir el consumo de drogas no necesariamente conduce al rechazo de una solicitud de visado, la Fundación Heritage busca aclarar las declaraciones del príncipe.
A pesar de las polémicas, Meghan Markle ha seguido adelante con sus proyectos personales y caritativos en Estados Unidos. Recientemente lanzó American Riviera Orchard, una marca propia, y ha participado en campañas benéficas para ayudar a padres jóvenes en régimen de acogida.
La decisión de Harry de establecerse en Estados Unidos y su compromiso con causas benéficas reflejan su nueva vida fuera de la familia real británica, mientras continúa navegando por las complejidades de su nueva identidad y hogar.
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