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Día Internacional del Trasplante de Órganos: una fecha para reflexionar

Una acción que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte para miles de personas.

Millones de pacientes esperan en el mundo que suene su teléfono con la noticia más deseada: la confirmación de que se consiguió el órgano que necesitan para ser trasplantados. Para muchos de ellos, de esto depende su vida. Un grupo particularmente vulnerable es el de aquellos que requieren un nuevo corazón. En la actualidad, se estima que más de 100 mil personas están en la lista de espera para un trasplante cardíaco a nivel global.

“En la Argentina más de 150 personas se encuentran inscriptas en la lista de espera cardíaca del INCUCAI y el 15 por ciento están hospitalizados en situación de urgencia o emergencia, lo que significa que requieren de medidas de sostén de la función del corazón como drogas inotrópicas o equipos de asistencia circulatoria”, explica la doctora Mirta Diez (MN 68.240), jefa del Servicio de Insuficiencia Cardíaca, Hipertensión Pulmonar y Trasplante Cardíaco del ICBA Instituto Cardiovascular argentino.

La situación es compleja, detalla la experta, ya que por la escasez de órganos y el acceso con prioridad de los pacientes críticos, más de la mitad de los trasplantes se realizan en este grupo. Esto limita aún más la disponibilidad de órganos para quienes esperan fuera de la internación; es decir, aquellos que podrían ser tratados cuando aún no desarrollaron un cuadro de mayor gravedad.

En ese sentido, este martes 27 de febrero se conmemora el Día Internacional del Trasplante de Órganos, una fecha que invita a reflexionar sobre la importancia de la donación de órganos y tejidos, una acción que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte para miles de personas.

“Donar órganos es un acto altruista que trasciende fronteras culturales y nos devela y enfrenta a valores éticos y sociales. Al ofrecer la posibilidad de salvar o mejorar la vida de otra persona, la donación de órganos se convierte en un acto de generosidad y empatía. Este gesto no solo impacta en el paciente que recibe el órgano y en la familia de la persona donante, sino que también contribuye a fortalecer el tejido social, fomentando una comunidad más solidaria y compasiva”, destaca la doctora Rocío Baro Vila (158.920), miembro del servicio del ICBA que tiene a su cargo los trasplantes cardíacos.

Vivir más y mejor

La labor médica coordinada y multidisciplinaria es fundamental no sólo en la realización del trasplante cardíaco, sino también en la atención de los días previos y posteriores, para que los pacientes lleguen en condiciones cuando aparece el órgano y para acompañar su posterior recuperación en busca de una mejor calidad de vida.

“Los pacientes que aguardan un corazón habitualmente esperan por semanas. Muchas veces se internan con diversos grados de desnutrición y pérdida de masa muscular, además de fuertes emociones. Por lo que son evaluados por nuestro equipo de nutrición, kinesiología y psiquiatría. Durante la espera son conocidos por gran parte de la institución, por lo que el día del operativo de trasplante se siente en todo el ICBA”, cuenta la doctora Lucrecia Burgos (MN 148.752), miembro del Servicio de Insuficiencia Cardíaca, Hipertensión Pulmonar y Trasplante Cardíaco de la institución con sede en el barrio de Belgrano.

Si bien la técnica quirúrgica no tuvo variaciones relevantes en los últimos años, sí se han producido varios avances significativos en otros aspectos. “Se desarrollaron inmunosupresores más específicos y efectivos para prevenir el rechazo del corazón trasplantado, reduciendo también los efectos secundarios adversos”, explica la experta.

A nivel global, se empezaron a utilizar métodos de detección de rechazo de forma no invasiva (aún no disponibles en la Argentina), que permiten un diagnóstico más precoz. También han surgido métodos más avanzados para preservar el corazón durante el traslado, lo que ayuda a mantener su función óptima y mejora los resultados de la intervención.

“El trasplante cardíaco no solo permite que el paciente viva más, sino también mejor. Después de un trasplante de corazón exitoso, las personas a menudo se encuentran capaces de reanudar muchas de sus actividades anteriores, incluido el trabajo, los pasatiempos, los deportes y el ejercicio”, acota la doctora Burgos.

“El 27 de febrero no es solo una fecha en el calendario, este día recordemos a aquellos que esperan con esperanza y celebremos a aquellos que generosamente han donado. Donar órganos es dar vida y contribuir a mejorar nuestro tejido social”, concluye la doctora Diez.

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