Los movimientos internos de los partidos políticos se mueven al calor de la centralidad que mueve el presidente Javier Milei desde la Casa Rosada. Pese a no tener el capital para poder captar los movimientos de la política nacional, generó un tembladeral en los principales espacios.

El caso del Pro es paradigmático porque, siendo oposición, logró un cogobierno sin que La Libertad Avanza tenga una crisis interna. Es que Mauricio Macri llenó casilleros claves para el armado del Gabinete.

En la Provincia, esa alianza tiene su correlato y el mejor alumno es el senador Joaquín De La Torre, que va pasando sus caudillos de bloque y ya funciona en tándem con el bloque libertario que responde a la Casa Rosada.

Sin embargo, la clave está en la silla endeble que tiene la líder del Pro bonaerense, Daniela Reich. La senadora por la Primera Sección ostenta la silla presidencial del partido amarillo, pero puede pagar los platos rotos de la traición de su marido, Diego Valenzuela, que llamó a cortar la boleta provincial y nacional en octubre pasado.

Quien quiere esa silla y está haciendo los deberes justificando cada medida que realiza el presidente Milei es Julio Garro. El ex intendente platense vendió cara su derrota y quiso salvar las papas yendo a la Justicia, aunque no pudo con el aluvión de votos de Julio Alak.

El platense quiere quedarse con el sillón de Reich y ya camina con la idea de juntar voluntades. Desde el círculo de Garro sostienen que no quiere quedarse quieto mucho tiempo porque hay muchos dirigentes que quieren su lugar. Es que “su lugar” es ser la principal cara opositora en La Plata, como es el caso de Juan Pablo Allan, en la actualidad funcionario de Javier Milei.

La tarea que les encomendó Macri es hacerse de los legisladores que responden a sectores del “Pro blando”, más ligados a Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli. Las dos apuntadas son la senadora Florencia Arietto y las diputadas Florencia Retamoso y Sofía Pomponio. Además, se quieren quedar con el residual de poder que dejó huérfana María Eugenia Vidal, que cayó en desgracia y ya no es considerada en las primeras líneas.