Curioso empate entre las embarcaciones de las Provincias Unidas del Río de la Plata y la flota imperial del Brasil
Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA
El 9 de febrero de 1826, se libró el Combate de Punta Corales, protagonizado por las Provincias Unidas del Río de la Plata y la flota imperial del Brasil. No hubo un claro ganador porque ambas escuadras se retiraron de la zona de operaciones, pero la batalla librada frente a las costas de Colonia del Sacramento abrió el camino para la emancipación de la Banda Oriental, hoy República Oriental del Uruguay.
Provincia Cisplatina: independencia y declaración de guerra
El contexto histórico de este enfrentamiento se remonta a la invasión portuguesa de 1816, que sometió a la Provincia Oriental al Reino de Portugal, Brasil y Algarve. Durante la anexión la Banda Oriental tomó el nombre de Provincia Cisplatina. Los patriotas orientales, liderados por José Gervasio Artigas resistieron durante años la ocupación, pero fueron derrotados y exiliados en 1820.
La llama de la libertad no se apagó y en 1825, un grupo de treinta y tres orientales, comandados por Juan Antonio Lavalleja y Manuel Oribe cruzaron el río Uruguay desde Argentina y desembarcaron en la playa de la Agraciada, iniciando la Cruzada Libertadora. Poco después el Congreso de la Florida declaró la independencia oriental respecto del Brasil y la reunificación con las Provincias Unidas. Brasil no aceptó la decisión y declaró la guerra.
La escuadra argentina estaba compuesta por una corbeta, cuatro bergantines y nueve cañoneras. Estaba al mando el almirante Guillermo Brown. La escuadra brasileña -formada por tres corbteas, seis bergantines, dos goletas y tres cañoneras- estaba dirigida por el vicealmirante José Rodrigo Ferreira Lobo. La batalla comenzó en horas tempranas y se prolongó hasta las 18 horas. Los argentinos sufrieron 6 muertos y 15 heridos, mientras que los brasileños tuvieron 3 muertos y 5 heridos.
Final abierto
El resultado fue inconcluso. Al volver a Buenos Aires Brown informó a su superioridad que los comandantes Roberto Beazley, Martín Warnes, Guillermo Mason y Juan Bautista Azopardo se ausentaron voluntariamente de la batalla, lo cual impidió obtener una victoria. Los señalados por el comandante de la flota argentina fueron separados de sus cargos y juzgados por un Consejo de Guerra. El resultado del juicio fue favorable a los acusados, que de acuerdo al pronunciamiento del Consejo habían actuado en forma prudente ante la falta de instrucciones.
La falta de iniciativa de los marinos también tuvo su versión brasileña. La parsimonia naval imperial llamó la atención de Lobo, que hizo notar la "falta de habilidad de algunos comandantes que nunca habían visto acción antes" que pese a tener la relación de fuerzas a su favor no lograron capturar a ninguna embarcación enemiga.
A pesar de ello, la Batalla de Punta Corales fue un duro golpe para el dominio brasileño en la Banda Oriental. La guerra continuó hasta 1828, cuando entró en vigencia la Convención Preliminar de Paz, que puso fin al conflicto y reconoció la soberanía del Uruguay como un estado independiente tanto del Brasil como de la Argentina.