En diálogo con Clarín, Milei habría aceptado la irreversibilidad de esa fusión. “Claro que estoy dispuesto a una fusión con el PRO”. Las relaciones de fuerza lo condenan. La incapacidad y falta de experticia, también.

Milei también habría explicado el acuerdo que pretende. “Sería muy bueno que se organice un interbloque entre La Libertad Avanza y el PRO para arrancar en ordinarias con una fuerza distinta”. El acuerdo sería, así, inminente. Juntos por el Cambio no existe como fuerza electoral ni política, y el electorado propio del PRO ha sido capturado por el actual presidente, pero éste no tiene ni los medios intelectuales ni los respaldos políticos para capitalizarlo por su cuenta.

Pero el tema de fondo es que el gobierno sólo acepta incluir a sus nuevos aliados formales en cargos de segunda o tercera línea, o técnicos, sin tocar la estructura de su actual gabinete. Pese a su debilidad, el conflicto entre Macri y Bullrich por el liderazgo del PRO parece jugar a su favor. Mientras que Patricia Bullrich quiere que la alianza con Milei excluya a Mauricio Macri, el expresidente quiere convertirse en el titiritero de Milei en un gobierno redefinido. Aquí es que cobra una vital importancia la elección interna por la presidencia del PRO. Sin embargo, está pautada para el mes de junio, por lo que queda demasiado lejos. La diferencia entre ambos es que Patricia precisa a Milei para conquistar posiciones de poder, y Mauricio puede hacerlo tanto con Milei como con Villarruel. Si es con la vice asumiendo la primera magistratura, también podría quitarse del medio a la ministra de Seguridad.

Si bien el gobierno recalcula, intenta mantener el control de la capacidad de decisión. ¿Lo conseguirá?