El presidente estuvo presente en primera fila durante la ceremonia, mostrando un semblante de concentración y recogimiento. Al término del evento, sorprendió a todos al acercarse al Papa en su silla de ruedas y abrazarlo efusivamente, en un gesto que rompió el protocolo y mostró afecto e informalidad entre ambos líderes argentinos.

Milei estuvo acompañado por los miembros de su comitiva: su hermana Karina, secretaria general de la presidencia, la canciller Diana Mondino, y los ministros del Interior y Capital Humano, Guillermo Francos y Sandra Pettovello. También saludó al Papa el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri y muchos otros argentinos presentes.

Al retirarse de la inmensa Basílica, como ya había hecho antes del inicio de la ceremonia, Milei, vestido de traje y corbata, muy gentilmente y disponible se detuvo a darle la mano o sacarse selfies a los connacionales y fans que se acercaron. Luego, regresó a su hotel de la Vía Veneto.

Durante su sermón, el Papa Francisco destacó la vida y obra de Mama Antula, resaltando su dedicación a ayudar a los más necesitados y su fervor apostólico. Hizo hincapié en la importancia de la caridad discreta y llamó a seguir el ejemplo de la nueva santa en la cercanía con los que sufren.

La ceremonia también contó con la presencia de representantes de las obras de Mama Antula, así como de empresarios y peregrinos argentinos y extranjeros, quienes se unieron para celebrar este momento histórico.

Al mediodía, desde la ventana del Palacio Apostólico, el Papa Francisco pidió un aplauso para Mama Antula, lo que fue recibido con entusiasmo por los peregrinos argentinos presentes en la Plaza de San Pedro.

Entre los asistentes, se destacó la presencia de Magdalena Paz, descendiente directa de Mama Antula, quien viajó desde Bélgica para ser parte de este emotivo evento religioso. Paz expresó su emoción por la canonización de un miembro de su familia y destacó el impacto que el legado de Mama Antula continúa teniendo en la actualidad.

“Es muy emocionante para mí estar acá”, reconoció, resumiendo el sentir de todos los presentes y subrayó que había tres cosas que la habían impactado de la canonización. “El hecho de que alguien de mi familia haya llegado a la santidad es un modo de decir que la santidad es posible; la misión de promover los ejercicios espirituales que ella tuvo en ese momento de la historia hoy tiene un impacto porque mucha gente no sabe de dónde viene ni a dónde va, ni quién es: esos retiros ayudaban y siguen ayudando; y, finalmente, Mama Antula fue canonizada hoy, 200 años después de todo lo que hizo y entonces me hace pensar en que todo lo que uno hace tiene un impacto que podés no ver, pero todo sirve”.