Por Eduardo Sanguinetti, (*) especial para NOVA
"Más allá de la desesperación y de la desilusión, existe siempre la ausencia de cosas peores..." (De mi libro CuCu-DoDo, final en forma ordenada, Ed. La Cifra, 2000).
Cómo hombre de la cultura de este tiempo, hice una puesta a la apuesta, intentando definir, redefinir, organizar, reorganizar mi espacio escénico, a pesar de la resistencia criminal de funcionarios que articulan el show rabelesiano, del cual es víctima, un pueblo en estado de orfandad hacia todo lo que se asimilaba al conocimiento y pensamiento elevado a símbolo en la construcción de la historia de la humanidad…
Enervado por violencias cotidianas, como la que instala día a día el violento inquisidor Javier Milei, que desde su inocultable ignorancia y patologías evidentes, no toma en cuenta que la salud mental de un pueblo en estado de indigencia, dejará secuelas que tardarán décadas en encontrar un equilibrio preciso y necesario…
Miserable, sociópata, negador de la cultura, en su significado y significancia, evidenciando su resentimiento al “saber” y el “conocer la condición humana cual testimonio de nuestro tránsito por la existencia… Odiador serial hacia todo lo que hace a la justicia social, preservación de la paz y libertad en equidad y armonía.
¿Los nadie, tal el caso de Milei y las bandas de políticos de toda ideología de ocasión, nos quieren convencer que los mensajeros y personeros de la eliminación del pensamiento que conformaba la cultura y daba sentido a la vida de la humanidad, construidos en usinas del mercado de valores, responden a los parásitos del establishment, bailando en la pista de los sueños rotos?
Estar inspirado no modifica la proa de mi escritura, simplemente exhibo otros aspectos de la “porquería universal”, como la niñez sometida al rigor de las denominadas “buenas costumbres”, arrastrada sobre el barro del porvenir pintado a mano, por adultos amancebados, que imprimen en la existencia de estos niños el signo de la “bajeza” y la “inflexión”, en la que se mueven afanosamente las multitudes en estado de éxtasis providencial.
He aprendido según transcurrieron en el descuento de los años de mi vida, creo así la denominamos, los magros presupuestos con que la comunidad cuenta, para dar el empujón al abismo del "nunca jamás", a todos los delegados de la farsa y el espectáculo mediático pestilente, donde caerían por ley de gravedad y levedad, sin remedio, de manera higiénica y clara...
La vida siempre fue y será una hipótesis de supervivencia, enmarcada en ese "algo" que denominamos realidad, que no será resuelta en el juego del conocimiento ni del pensamiento, elevando a deidades apócrifas, a fetiches... Donde nosotros, sujetos del destino, en nuestras prácticas de relación, no nos encontramos fuera sino dentro de los términos de la ecuación.
Sin dudas soy irrecuperable para la burguesía, ya sea esta de derecha o de izquierda… ¡Qué más da!, sólo marcas registradas que arrojan olores fétidos de conformismos y conveniencias, de todo lo que sea conservar, incluso la literatura a crédito neo-anarquizante, una de las coqueterías de la comunidad burguesa capitalista.
A tal punto que existe, moda mediante, un conformismo del anticonformismo, cual tendencia instalada: muy deprimente, pues devienen efectos canallas de este sistema prescrito, de métodos taciturnos, criminales y mortíferos.
Detrás de la exclusión económica del escritor se esconde una larga exclusión de la escritura en el nivel de lo imaginario, con sentido de devenir en destino. La escritura en sí no tiene status, no vale más que por su soporte escénico (hablado o cantado). En consecuencia, si se habla con propiedad, el escritor no tiene lugar en la sociedad.
Jean Paul Sartre desarrolla a propósito de Gustave Flaubert el concepto de neurosis objetiva como motor de la escritura. El concepto se puede trasponer, y se podría hablar aún de un sufrimiento objetivo, de una queja continua, que atraviesa los textos argentinos desde hace un par de décadas deben confrontar, con impresos laminados, pasquines de ocasión, publicados y promocionados por trama de medios corporativos, oportunistas y especuladores, que desean al final de un sendero de delitos consumados de todo tipo, ser autores outlet, lanzando el libraco del mes, construido por escribas, mandarines y mandaderos del poder omnímodo de las mafias destructoras de la cultura en su concepción de arte-naturaleza y vida, en beneficio de la reflexión de enriquecer la vida, con el motor de la escritura y el estatuto del escritor, dejando su vida tras la lucha permanente contra el pernicioso accionar de los empresarios fraudulentos, apuntalados incluso por colegas de nalgas blandas, abiertas a ser penetradas por el mejor postor...
En definitiva el mundo son los demás organizados para resistir al poder de quienes están dotados para emitir una idea nueva, con estilo, conocimiento y sobre todo talento, hoy exiliado del planeta controlado y bajo presión, por las moscas de la diligencia.
De todos modos las masas abigarradas de los sujetos en estado de anomia que acceden a la compra del pasquín escrito por oportunista enemigo del lenguaje, editado y bien pago en editorial del mercado libre de talentos, agotan los stocks de este ejemplar, elaborado para cumplir función de papel higiénico bajas calorías...
Publicitado en carteleras municipales, transporte público, medios corporativos y todo lo que hace al espacio que debería estar libre de basura psico-biodegradable.
La burguesía, "medio pelo" en leve ascenso compra el ejemplar que luego forma parte de una pequeña biblioteca conformada por ejemplares de similar contenido, que en portada luce el rostro amorfo inorgánico del pseudo-autor... Lo que anuncia la muerte del autor-dios, el poeta de Charles Baudelaire que paseaba por el fango dorado de las ciudades, este ser predestinado a visualizar e imaginar otro mundo posible, ya no existe.
He derribado las fronteras y los mitos, los mitómanos siguen tensos, no encuentran ficciones alegóricas ni fábulas para pintar su piel. Se vuelven herméticos y diurnos.
Un pájaro cae sobre la grafología sin compasión alguna, y Julio Cortázar, pasea solo por las calles de París. La velocidad especula, consume al invasor. Las ideas sin embargo dejan desnuda la batalla. Ya no hay porqué ni para qué en el espacio de la cultura farandulera chatarra, donde la escritura se diluye a medida que se pretende imponer criterio desde las onomatopeyas a repetición que replican en su intento de representar torpemente "algo".
La falsa cultura besa en la boca al enemigo y luego lo penetra, mientras la manada se distrae y abre los brazos con signo acogedor y complaciente. Luego la manada es tomada como rehén y asiste con placer a su exterminio.
Jóvenes ideales pasan. Hablan de referentes de no sé qué muerto con las vísceras fuera o de pasar con rapidez las pruebas de oposiciones o de suposiciones, de objeciones. Ya no. Ya nadie objeta nada. Tú mismo puedes ser un infiltrado. Un ser social o antisocial, a quién le importa.
Hay demasiados muertos sin vigencia, demasiados perseguidos por disentir, sentenciada la calle por el prostíbulo político que promueve a sus 'héroes' por TV... La vida guiña su ojo económico y la mesa de enlace no consigue desenlace. En medio del drama que se ha gestado, ruidosamente, deviene decir que nadie es inocente, hay numerosos premios al mejor delator, alcahuete, chismoso y traidor...
El milenio se corta las venas, no le interesa el tema. Un imbécil, un enigma, una clave... ¡Qué importa! Paralizados en la anarquía de la página, adoran la justicia cuándo está de su mano.
¡Socorro!... ¿Dónde estás corazón?... Un rumor, una niebla. Un sueño. Cerré los ojos y el aire resbaló. La inquietud consumía inquietudes y caminos. Y es imperativo caminar. Hacer de la voz un espacio posible, para que caigan conceptos totalitarios y formas en proceso de eliminar el milagro de la aventura de vivir.
Pero quién puede contener a los insectos, sin mancha de pecado original, son sumamente repetidos, ubicuos y oscuros en su mirada turbia. Dioses de batallas económicas, hoy, principio y fin de todas las cosas. Santo y seña sin mostrar el revés de sus sueños porno... Y ahí están los indispensables, los siempre amigos, reptando hacia la cima...
Prostitutas enloquecidas, eunucos sin cabeza jugando anestesiados, legitimados por las nuevas deidades del Olimpo, del circo kitsch, conducido por cerdo Milei, presidente del retraso y la prescindibilidad… Y las hordas de bestias amancebadas que conforman el "gran rebaño", avanzan sobre el planeta todo, devastando y reivindicando dictaduras de genocidas bestiales, sedimentos de deposiciones o mierdas recientes, como prefieran... Es cuestión de detalles.
Y ha llegado la bestia fluyente del tercer milenio, prohombre sin coeficiente, pero de garras afiladas, vomitando búsquedas de objetivos. Todos se contagian de sus ideas fijas, hacen y deshacen planes y estrategias. Los buenos por aquí, los malos por allá. Prohibido mezclarse colores y razas, para evitar disturbios. Se ruega devolver a los insumisos y poseedores de ideas a su lugar de origen. El origen cierra también las puertas, y la tierra de nadie recoge el desperdicio, restos humanos respirando la atmósfera podrida de un milenio de grandes muertes.
No he dormido todavía, sigo estando en ayer, hoy es reciente. Nada. Apenas. Y una mujer busca en la mañana un instante de sueño para dormirse en ayer. Lo has conseguido... La verdad fue violada en toda su evidencia, ¿no es razón suficiente?... En toda su evidencia la verdad fue violada, ¿no es suficiente?
(*) Filósofo (Cambridge, Inglaterra), poeta, performer, ecologista, artista y periodista argentino. Pionero en el arte performativo. Precursor del minimalismo en América Latina y del Land Art según Jean Baudrillard. Autor del "Manifiesto de los indignados contra el neoliberalismo'' año 2011. Miembro-asesor de The World Literary Academy (Cambridge, Inglaterra), "Biography of the year Award" Historical Preservation of America (1986), "Man of the Year" IBC Cambridge 2004. Miembro activo de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE).