La columnista invitada
Psicología

El desafío de desconectar en vacaciones y disfrutar

La licenciada Analía Tarasiewicz, psicóloga del trabajo.

Por la licenciada Analía Tarasiewicz (*)

En estos tiempos, irse de vacaciones es todo un desafío psico-emocional. La mayoría de las personas ven al período de descanso como un punto de llegada tras un año laboral extenuante. Independientemente de si trabajan en relación de dependencia, son emprendedores, profesionales independientes o empresarios, sueñan con alejarse de la vorágine diaria y disfrutar del sol, el calor, la playa o la montaña.

En el caso de los nómades digitales, si bien pareciera que viven de vacaciones, en general no es así y muchas veces terminan con sobredosis de hiperconexión.

A ambos grupos les cuesta desconectar de verdad y todos terminan finalmente necesitando “vacaciones de las vacaciones”.

Hay una diferencia entre relajar y vacacionar. Mientras que "vacacionar" puede implicar simplemente cambiar de escenario, ‘estar presente en vacaciones´ implica conexión profunda con vos y tu entorno, descanso, reflexión y renovación.

En todos estos años, atendí cientos de personas que entraban en crisis previo, durante y post vacaciones. Ponerse en modo avión a uno mismo es una sensación sin igual. Muchos lo logran, otros sienten la llegada de las vacaciones con gran ansiedad, miedos, angustia, estrés y les cuesta desconectar de las responsabilidades aún más. Sienten una sensación de inutilidad si tienen que estar inactivos. Parar implica también verse y en muchos casos eso aterra.

En este tipo de personalidades se elevan las tendencias psíquicas, aparece la angustia relacionada con el tiempo de ocio y la autoexigencia. Surgen planteos tales como "no sé quién soy, no sé qué hacer, no sé qué me gusta, no me conozco, no me gusta estar con esta persona, no soy feliz". Y el mecanismo de defensa puede ser la hiperconexión digital, hacer mil actividades o seguir trabajando aún en período de descanso.

Pensar en todas las fases de descanso

¿Pero qué pasaría si aprendieras a convertir tu día a día en un momento de disfrute y a fortalecer tu conexión vos mismo/a y con tu entorno? En esta nota, te mostramos algunas estrategias para lograrlo.

¿Qué podemos hacer para tener unas vacaciones más conscientes, relajadas y saludables?

Desde el Método Tarasiewicz consideramos que es vital adoptar una mentalidad consciente, comunicativa y equilibrada durante las vacaciones para maximizar el bienestar y disfrutar de experiencias significativas. Y para ello ante todo hay que pensar en todas las fases que tienen las vacaciones: la planificación, el viaje, durante la estancia, la vuelta y el después. Comprender estas etapas puede ayudarte a gestionar mejor tus expectativas, a prepararte para posibles contratiempos y a aprovechar al máximo cada momento, tanto durante el tiempo de descanso como al regresar a la vida cotidiana.

La planificación: de las vacaciones puede ser estresante, especialmente si se busca un control detallado. Es importante recordar que las vacaciones son para disfrutar y no para seguir una lista estricta de tareas. Aunque es útil conocer el destino y las actividades disponibles, es mejor adoptar una planificación flexible.

Utilizá la información como una guía para no perderte experiencias, pero permitite momentos de espontaneidad. Reservá algunas actividades con anticipación si es necesario, dejando espacio para disfrutar del presente sin preocupaciones excesivas.

Quizás seas de los que tienen miedo a que, cuando vuelvas de las vacaciones, pierdas tu puesto o dejas las tareas en manos de otras personas, a no llegar a tener todo organizado al cien por ciento perfecto, o capacitar a quien te reemplace. Aprovecha esta etapa para ordenar, delegar y capacitar lo más posible a tu reemplazo, o si tu puesto no te da esa posibilidad armate un esquema de horarios acotados para no invadir todos los espacios con tu trabajo durante tu estadía. No esperes el control total si querés relajarte, esto en cambio podría elevar tu estrés.

En caso de viajar con amigos o familiares, establecer expectativas claras y negociar actividades para evitar conflictos y lograr un equilibrio entre las preferencias individuales y las actividades compartidas.

La etapa del viaje actúa como “Momento colador de pensamientos” es una antesala a lo que sentirás durante tu estadía, es un gran momento para empezar a detectar cuáles son los pensamientos negativos que te inquietan y que hay que acomodar para trabajar a la vuelta si es necesario con un profesional y cuales hay que desterrar de la mente.

Conectar con el disfrute todos los días

Si pensamos en el “durante”, los primeros días pueden ser de adaptación y se debe tratar de reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y aumentar los niveles de oxitocina (la hormona del amor) y dopamina (la hormona de la felicidad).

¿Cómo? Te invito a salir del modelo capitalista feroz y profundizar conexiones con vos mismo y las personas que amas, reconsiderar hábitos y estilo de vida para cultivar una conexión más profunda. Despertar temprano aprovechar el día para realizar actividades al aire libre.

Algunas sugerencias son:

- Intentar lo más posible la desconexión digital, evitando el uso del celular para disfrutar del momento presente y reducir distracciones.

- Evitar cansarnos de más: hacer mil actividades, tapar los tiempos muertos, no dejarse llevar, ir de compras todo el tiempo, a menudo nos encontramos haciendo actividades que no hacemos durante el año, como escalar o correr en la playa sumado a si fuiste con niños, mascotas o familiares.

- Flow y disfrute: buscar actividades que fluyan naturalmente y permitan disfrutar del descanso sin presiones ni obsesiones.

- Enfoque en el bienestar: priorizar la salud y el bienestar a través de actividades físicas, meditación o simplemente descanso.

- Reflexión y autoconciencia: tomarse el tiempo para evaluar nuestras necesidades y prioridades, reconociendo cuándo es necesario tomar un respiro y ajustar la rutina según sea necesario.

- Disfrutar del presente: evitar la mentalidad de "capturar el momento" constantemente a través de fotografías o redes sociales, y en su lugar, sumergirse y disfrutar plenamente de las experiencias en tiempo real.

- A la vuelta, date tiempo para hacer el cambio de estadío, tomate momentos reflexivos para entender qué pasó, para sentir y revivir lo bueno a través de las fotos y videos y charlas con los tuyos.

- Y algo muy importante: aprender a tomarnos micro-vacaciones diarias. Incorporar pequeños momentos de relajación y placer en la rutina diaria, como disfrutar de una comida tranquila, dar un paseo relajante, conectar con la naturaleza y la familia, amigos o pareja, o dedicar tiempo a un hobby.

¡No esperes a las vacaciones para disfrutar! Y si sentís que hay aspectos que no podés resolver, no dudes en pedir ayuda profesional.

(*) Psicóloga del trabajo y directora de la consultora Trabaja Mejor. Creadora del Método Tarasiewicz.

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