Una ambulancia derivó al menor al Hospital de Chascomús desde la estancia ubicada sobre la Ruta 2 al kilómetro 129, pero a las pocas horas perdió la vida como consecuencia de las heridas de arma de fuego en el abdomen y golpes en la cabeza.

Las primeras sospechas recayeron sobre el esposo de Suárez, Diego Reddy, de 44 años, ya que no se sabía nada de él y todo parecía indicar que se trataba de un femicidio y filicidio.

Pero la investigación a cargo de la DDI y el fiscal Jhonatan Robert de la UFI 10 de Dolores determinaron que un hijo de Diego, un joven policía de 20 años, quien cumple funciones en la UTOI (Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas) de Villa Elisa, en La Plata, podría ser el asesino.

El joven incurrió en contradicciones en sus declaraciones y ante el pedido de la pericia de dermotest aseguró que un tío suyo le había prestado una carabina y que ese día la había probado.

El allanamiento en la casa del policía en Dolores trajo luz a la pesquisa: secuestraron una camioneta Chevrolet S10, una carabina calibre 22 con municiones, una servilleta con manchas de sangre, un escrito con la amenaza “Ahora te toca a vos”, y una boleta de compraventa del vehículo mencionado.

Además, los investigadores notaron que el siento de la camioneta había sido lavado recientemente, y que ese vehículo era el filmado por las cámaras de seguridad cuando ingresaba a la estancia Los Pinos.

Un vocero policial detalló que a las 17.31 dobló desde la Ruta 2 hacia la estancia, que a las 17.59 ingresó a la finca y que a las 19.43 tomó la ruta nuevamente. En medio, y como coartada, el joven policía pidió a amigos para que enviaran mensajes pidiendo dinero, para simular el secuestro extorsivo de su padre.

Los investigadores ya sospechaban lo peor y a unos 200 metros de la finca de la estancia Los Pinos encontraron a Diego Reddy sin vidas y con balazos en el cuerpo. El joven policía quedó formalmente acusado de triple homicidio calificado por alevosía en concurso real.